Al menos una sesión más tendrá la Comisión de Salud del Senado antes de votar el proyecto de Ley de Fármacos impulsado por el Ejecutivo que, entre otras disposiciones, obliga a disponer a las farmacias de medicamentos en dosis unitarias.

Esta medida, conocida como fraccionamiento, es resistida por los laboratorios internacionales presentes en Chile y agrupados en la Cámara de la Innovación Farmacéutica (CIF), los que plantean que implicará un aumento en el precio final de los medicamentos para los consumidores, ya que farmacias y laboratorios requerirían mayor número de personal calificado para esta tarea.

Según el vicepresidente ejecutivo de la CIF, Jean-Jacques Duhart, los precios aumentarán alrededor de $800 por tratamiento o receta, lo que iría en contra de uno de los objetivos del Ejecutivo, que es garantizar el acceso a los fármacos para todas las personas.

Duhart explica que «en este tipo de procesos, el costo no depende tanto del envase como de la mano de obra. El fraccionamiento es un trabajo personalizado, individual», que implica mayores costos. Detalla que «el envase permite un trabajo más automatizado; con el fraccionamiento se rompe la escala industrial que permite abaratar costos por procesos en serie y de gran volumen».

Los laboratorios argumentan que el alza de precios se debería a que la ley obliga a que la fragmentación la realice un químico farmacéutico. «Ello significa que las farmacias deben contratar más horas hombre para cumplir estas funciones o contratar uno o más químicos farmacéuticos», dice su representante. La conclusión de la industria es que todos estos factores gatillarían un alza de precio que sería muy sensible en los medicamentos de bajo costo, los que podrían aumentar de valor en hasta 85%.

Fuera del debate

En el Ministerio de Salud se muestran sorprendidos por la arremetida de los laboratorios respecto de este punto. «El proyecto inicial de fraccionamiento aprobado por el Senado fue visto favorablemente en la Cámara, por lo tanto, no es un tema que hoy esté en discusión, ya que el Senado no debe emitir juicio sobre este tema», recalcó el jefe de la cartera, Jaime Mañalich.

Desde la perspectiva del Ejecutivo, el fraccionamiento permitiría que las personas paguen solo por los medicamentos que van efectivamente a consumir, sin comprar dosis de más. En ese sentido, Mañalich agregó que, en el cálculo de costos hecho por el Ejecutivo, «el ahorro final para el usuario es de 7% por receta, incluyendo el costo de fraccionar».

DISCUSIÓN
El centro del debate hoy es la prescripción de la receta médica con nombres genéricos.