El mayor radiotelescopio del mundo tiene sus funciones detenidas debido a esta movilización donde piden mejoras en las condiciones de trabajo y salariales.
Desde el jueves 22 de agosto pasado, los trabajadores sindicalizados del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (Alma) se encuentran paralizados, y aunque las conversaciones fueron retomadas hace algunos días gracias a una mediación de la Dirección del Trabajo, hasta este minuto aún no se logra un acuerdo definitivo con Associated Universities Inc (AUI), que emplea al personal.
Así, durante estos trece días, las cerca de 60 antenas instaladas en el Llano de Chajnantor, en pleno desierto de Atacama y a más de 5.000 metros de altura, no están realizando observaciones científicas, ya que los equipos que recaudan los datos se encuentran detenidos.
Los trabajadores sindicalizados (195 de un total de 270), que van desde físicos, ingenieros, mecánicos, operarios de antenas y recolectores de datos, demandan además de mejoras salariales, arreglar las condiciones por trabajar en altura o establecer un lugar para comer, entre otros.
Pero, ¿a qué realidad se enfrentan los trabajadores de los observatorios en nuestro país?. Según el presidente del Sindicato del European Southern Observatory (ESO), Paranal, Nicolás Slusarenko, y quien ha solidarizado con este proceso, como Alma, el mayor radiotelescopio del mundo, y los demás observatorios ubicados en territorio nacional se encuentran en lugares apartados de la ciudad para tener condiciones apropiadas de oscuridad, esto mismo hace que «gran parte del personal trabaje en lugares aislados por varios días, lejos de sus casas y de sus familias, en sistema de turnos».
Y específicamente el Llano de Chajnantor «es el sitio astronómico que posee las condiciones más duras a nivel mundial. Regularmente se tienen temperaturas muy bajas (-15 grados). A veces hay tormentas de nieve y viento blanco. Este año hemos tenido tres tormentas a 5200 metros de altura, donde la falta de oxígeno hace que todo trabajo físico sea muy exigente», aclara Slusarenko a La Tercera.
Por lo mismo, los trabajadores de Alma piden que se les provea de mejores condiciones para trabajar bajo estas condiciones, donde se vive una intensa radiación ultravioleta y también bajísimas temperaturas. Precisamente, uno de los principales puntos es aumentar el bono por trabajar en altura (hasta el momento el acuerdo sería de $2.500 por cada hora), mejorar el plan para realizar los trabajos cuando el clima no permita subir al campamento ubicado sobre los 5.000 metros y reducir los horarios de los turnos.