TriCiclos, Latitud 90 y Focus fueron reconocidas por organización internacional B Lab.

«Mi primera sensación fue de sorpresa. En TriCiclos nos destacamos por nuestras prácticas ambientales fundamentalmente y el espíritu que nos mueve es poner a las personas que trabajan con nosotros en el centro de la organización. Pero de ahí a ganar un premio…”. Así comenta Gonzalo Muñoz, socio fundador y gerente general de TriCiclos, la distinción que la organización internacional B Lab entregó a su empresa, a Latitud 90, a Focus y a otras 76 en el mundo la semana pasada, luego de hacerles un seguimiento de dos años a los progresos en cada una de las siete áreas que comprende la certificación de las empresas B. En el caso de estos tres emprendimientos chilenos, la distinción llegó en el área de las prácticas laborales.

Es primera vez que este reconocimiento llega a Chile. Pero más importante que eso, pone un tema sobre la mesa: «Cualquier empresa puede tomar este mismo desafío de ser una empresa B”, dice Gonzalo Muñoz. De hecho, se parecen a cualquier empresa: tienen fines de lucro como cualquiera, pero antes que eso, apuntan a resolver problemas sociales y ambientales. «No quiere decir que no tengamos un foco en la rentabilidad. Lo que pasa es que, al mismo tiempo, lo ponemos en otros ámbitos, como mejorar las prácticas laborales, las ambientales, la relación con la comunidad y con los proveedores, por ejemplo”, sigue Muñoz.

«Este es un reconocimiento a las empresas que están buscando generar un cambio”, complementa Juan Pablo Larenas, cofundador y director ejecutivo de Sistemas B, la plataforma que busca entusiasmar a las empresas para que tomen el mismo camino, colaborar en su modelo de gestión y de negocios, y generar incentivos mediante políticas públicas para ello.

Esta tendencia apareció con más fuerza en Chile el año pasado. «Básicamente la misión de estas empresas es ‘cambiar el mundo’. Cuando tienes una empresa convencional, tienes que rendirle a tu accionista, te pueden impugnar por haber tomado una decisión que no te haya hecho obtener la máxima cantidad de plata. En este caso pueden tomar decisiones que vayan en contra de sus utilidades si es que va en contra de su misión, que puede ser reciclar, descontaminar, etc.”, explica Marcelo Mena, director del Centro Sustentabilidad Unab.

Claves del éxito
«Cuando supe, me sentí súper orgulloso, porque seguimos mejorando lo que nos midieron. Es un desafío enorme responder a ese reconocimiento, seguir favoreciendo el clima laboral y que la gente esté feliz en su trabajo», comenta Felipe Howard, director de Latitud 90.

Howard entrega algunas líneas. En Latitud 90 han generado horizontalidad en las jerarquías con oficinas de puertas abiertas, lo que la gente valora bastante, cuenta. El departamento de Recursos Humanos se llama la cofradía de los valores, porque «busca que se mantenga el espíritu de empresa pequeña que tenía cuando partimos. Y un valor corporativo es la trascendencia: cada vez que hacemos algo, vemos cuál es el sentido. Nos interesa que todos tengan presente el ver cómo le dan sentido a cada una de las actividades que hacen para que sea algo más».

En Focus, por ejemplo, parte importante de la planificación estratégica se hace de manera participativa y no vertical. Existe un ratio entre ingresos más altos y más bajos. Se promueve la promoción interna y la participación en voluntariado.

Y en TriCiclos también tienen lo suyo. Reparten un tercio de las utilidades con los trabajadores que tienen más de tres meses de antigüedad y a todos por igual. La brecha salarial entre los trabajadores no supera las 11 veces entre el que gana más y el que gana menos. El sueldo mínimo que pagan es 25% más alto de lo que esta fijado por ley. Hay beneficios de capacitación que van más allá de lo que sea propio del trabajo.

«No nos vean como bichos raros. Esto lo puede hacer cualquiera que se lo proponga», concluye Gonzalo Muñoz.