Colaboración al debate de políticas públicas, estudios, reforzar la imagen del sector y una agenda común para el sector privado. Ese el sello que la CPC expondrá frente a la nueva autoridad.

Por Pamela Jimeno, Karina Ferrando

EL pasado sábado 14, justo en el día previo a la segunda vuelta electoral, el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), Andrés Santa Cruz, y los titulares de las seis ramas que integran la multigremial viajaron hasta Valparaíso, en la V Región. Ahí, a solas en un exclusivo recinto, los representantes del empresariado chileno tuvieron una intensa jornada, que no sólo incluyó el esperable intercambio de visiones entre distintos sectores, más cuando el año está cerrando y el balance general es de una economía desacelerada que seguirá igual en 2014. La reunión, por el contrario, tenía un sello distinto, casi estratégico. Tras un coaching diseñado para fortalecer la labor dirigencial, el grupo se abocó a un objetivo mayor: definir sus primeros pasos frente al arribo del nuevo gobierno de Michelle Bachelet y los cambios que su administración pondrá en la agenda nacional.

La multigremial está trabajando en tres líneas de acción. La primera, ya anunciada, es el encargo de estudios en materia tributaria a expertos de sensibilidad política transversal, con acento en el efecto fiscal y económico de las medidas y un diseño de propuestas alternativas a la reforma que Bachelet enviará al Congreso.

Como segundo punto está la redacción de una agenda común con los otros temas que preocupan a los privados. Luego, una evaluación interna de cada gremio sobre su relación con la ciudadanía y flexibilidad para los cambios necesarios para acercar su imagen a la sociedad civil (ver recuadro).

La definición institucional más relevante, sin embargo, fue otra: tras recoger opiniones en las semanas previas de empresarios y ejecutivos, algunos de los cuales ni siquiera participan de la entidad, la mesa que dirige Santa Cruz cerró filas en torno a un principio claro. La alta expectativa ciudadana sobre la nueva administración y la presión para que cumpla sus compromisos con rapidez, hacen necesario que la CPC adopte un rol de mayor colaboración. En esa línea, será su comité ejecutivo la instancia oficial que canalice la agenda y preocupaciones generales de los privados. Los temas sectoriales, en tanto, serán tratados por cada rama con la autoridad respectiva, confirma el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Patricio Crespo.

“El rol de la CPC frente a la nueva autoridad será el de representar los temas transversales: los problemas en materia medioambiental, la discusión por la matriz energética, la agenda laboral y, por cierto, la reforma tributaria. La CPC hará un aporte reflexivo al gobierno. Es lo que corresponde: que contribuyamos con estudios serios, de alto nivel, y que ayudemos a generar los consensos necesarios para que se vayan destrabando los problemas”, explica.

El punto es refrendado por el empresario Alfonso Swett Opazo, miembro de la Comisión Laboral de la CPC, quien espera un liderazgo importante de la entidad en el segundo mandato de Bachelet. “Hay temas en los que la CPC se ha venido preparando en forma metódica, muy responsable y profunda, como los temas laborales, tributario y energético. Pero no hay que olvidar que hay otros aspectos que afectan particularmente a ciertas ramas, como por ejemplo, el tema energético dentro de la Sofofa”, dice.

Este último gremio estima que se debe avanzar en destrabar los actuales proyectos de generación y transmisión e impulsar otros. Por eso creó un comité eléctrico, en el que participan representantes de los generadores, distribuidores y grandes consumidores, además de expertos en la materia.

Pero el trazado va más allá. “Creemos que es necesario tener una relación abierta con la autoridad, en que haya reciprocidad y un intercambio de un caudal periódico de información”, afirma el presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad.

Crespo precisa que se trata de mejorar los canales de diálogo: “Aportar con nuestra experiencia es una forma de relacionarse con la autoridad, de modo de que el empresariado chileno también haga una contribución en el ámbito de las políticas públicas y en el área legislativa. Es una nueva forma de pensar nuestra labor dirigencial”.

“La mejor forma de entenderse con la nueva administración es a través de los dirigentes empresariales, porque están mandatados para representar las inquietudes de los distintos sectores”, añade Pablo Bosch, gerente general de B. Bosch y ex presidente de Asimet. El presidente de la Sofofa, Hermann von Mühlenbrock, complementa el punto: “Siempre estaremos disponibles para seguir contribuyendo con nuestra opinión en todas aquellas materias que afecten el desarrollo económico, social y ambiental”, asegura.

SIN IMPROVISACION

En esta nueva mirada, el empresariado no quiere improvisar. Swett comenta que la CPC “se ha preparado para cumplir con el desafío de aportar al desarrollo del país” y que eso, por ejemplo, consideró contratar expertos en materias clave para la discusión.

Agrega que temas como la agenda laboral se vienen debatiendo desde hace más de un año y que incorporaron nuevos tópicos que surgieron en la campaña presidencial. “Se ha hecho un trabajo profundo para estar preparados para dialogar y, más que pelear, tratar de alumbrar con opiniones desde adentro, porque queremos hacer propuestas desde la realidad, desde los actores que lo viven. El país no está para trincheras y en la CPC ha habido muy poca improvisación y mucha planificación”, sostiene.

En la confederación, agrega, se ha articulado un equipo para analizar los temas tributarios y el ánimo es “abordar el debate no sólo desde el punto de vista de la contención, sino con propuestas realistas, poniendo por delante el bien común”.

La postura de la casona de Monseñor Sótero Sanz es una decisión que ha permeado a otros gremios que incluso no están en sus filas, como la Cámara de Comercio de Santiago (CCS). “Durante la campaña tuvimos contactos y conversaciones con altos personeros del comando de Michelle Bachelet, ocasión en que pudimos plantear inquietudes y aspiraciones del sector. Estimamos necesario esperar que se vaya configurando el equipo del nuevo gobierno para profundizar en esos temas”, comenta su presidente Peter Hill.

El gerente general del Comité de Retail Financiero, Claudio Ortiz, agrega que trabajar en la relación con la autoridad no es algo nuevo y que el trabajo de la entidad seguirá tal como ha sido con las anteriores administraciones. “Estamos por encima de la contingencia política y lo que nos preocupa es la mirada del nuevo gobierno sobre políticas públicas que pudieran afectar a la industria crediticia, pero sentimos que vamos a tener un espacio bastante favorable para que las empresas continúen desarrollándose”, opina.

GESTIONES POR SECTOR

En paralelo al trabajo de la CPC, en todo caso, los distintos gremios han delineado algunos pasos para abordar y trabajar sus propias agendas con la nueva autoridad.

Así es como en el caso de la CNC, por ejemplo, su past president, Carlos Eugenio Jorquiera, cuenta que definieron realizar jornadas de reflexión con expertos de distinta sensibilidad política en materias tributaria y de energía “para tener una vocería seria y calificada, sin demagogia, para plantear las cosas al gobierno con respeto y haciendo presente qué eventuales medidas no convienen”.

La idea es hacer los encuentros en enero próximo y evalúan pedir reuniones con las futuras autoridades y con parlamentarios. “Estos son ejercicios que normalmente se hacen cuando hay cambios de gobierno. Siempre el empresariado procura tener los mejores antecedentes para su diagnóstico y que se utilicen los mejores instrumentos para debatir. Habrá muchas reuniones en tal sentido, al alero de la CPC también”, agrega.

Crespo, en tanto, precisa que la SNA ya tiene definido que lo primero es presentar a la autoridad respectiva -una vez que se conozca el nuevo gabinete- la agenda de temas pendientes que urgen a la industria agrícola. “En el ámbito de la competitividad de nuestro sector tenemos proyectos importantes en el Congreso y esperamos conversar y convencer a los parlamentarios de la Nueva Mayoría para que destraben su tramitación. Lo central está en infraestructura en riego, competitividad y formación educacional en el mundo rural, capacitación. Hay un sinnúmero de temas más bien micro que trabajar y esperamos que el gobierno los considere”, detalla el presidente de los agricultores.

EL FANTASMA DE LA INVERSION

El trazado de la cúpula privada no es casual. Si bien en agosto pasado el comité ejecutivo había recibido a la entonces candidata Michelle Bachelet y su equipo programático, previo a la segunda vuelta personeros del comando de Bachelet y parlamentarios de la Nueva Mayoría fueron contactados para tener los primeros acercamientos sobre la agenda que se instalaría desde marzo próximo si ganaba la ex mandataria.

Las tres reformas centrales de su programa -educacional, tributaria y constitucional- y los otros proyectos de ley que presentó en la campaña son un elemento importante en la evaluación de los privados y una interrogante adicional para sus negocios. Sin embargo, ninguno de los consultados considera que lo que hoy se debate ha comprometido sus inversiones actuales y tampoco las que planean realizar a mediano y largo plazo.

“Una reforma tributaria y un cambio a la Constitución son temas complejos, no hay duda. Pero la Presidenta Bachelet tiene una ventaja grande por su experiencia anterior. Ella conoce la sensibilidad del mundo empresarial, nosotros conocemos sus sensibilidades también. Tenemos confianza en que es una persona con trayectoria, muy seria”, acota Crespo.

Y aunque con matices, la institucionalidad con la que la economía chilena lleva casi tres décadas funcionando tampoco es un pilar que vean en juego. “Nuestra aspiración es que el nuevo gobierno siga construyendo sobre los cimientos que han dejado otros gobiernos. No creo que se esté pensando en construir desde cero”, apunta Claudio Ortiz.

Si bien cuestiona la decisión de la presidenta electa de llevar adelante la reforma tributaria y buscar una nueva Constitución, Jorquiera está confiado. Al respecto, Von Mühlenbrock expresa que el gremio espera “que cualquier diseño que se discuta genere incentivos para que las empresas sigan invirtiendo y que el país pueda seguir desarrollándose”. Swett advierte que el desafío es que el país avance hacia el desarrollo y que eso exige a todos “remar para el mismo lado”. “No me gusta cuando el empresariado habla de temores y la ciudadanía habla de expectativas. Ambas cosas son peligrosas. Hoy debemos hablar de que los empresarios estamos comprometidos con el país, el empleo y con los problemas que existen, que queremos ser parte de la solución”, concluye.