En los segmentos bajo y medio, el nivel llega a 12,7% y 9,6%, respectivamente. Según la CCS, el monto total de créditos informales alcanzaría los US$ 1.220 millones.

Por Carlos Alonso M.

Un avance silencioso ha registrado la deuda informal de los hogares, y algunos expertos atribuyen dicho comportamiento a la mayor regulación y al aumento en las restricciones para otorgar créditos.

En cifras, si en 2007 la deuda informal de los hogares -definida por el Banco Central como aquellos préstamos de parientes o amigos, casa de crédito prendario (“tía rica”), crédito de prestamistas, fiado y otras- representaba el 1,7%, cinco años después equivalía al 10,3% del total, según la última Encuesta Financiera a los Hogares (EFH) del ente rector.

El mismo informe señaló que la deuda total de los hogares para el período 2011-2012 llegó a 68%, que se descompone en deuda de consumo (58,3%), hipotecaria (15,1%), automotriz (1,8%) y educacional (5,8%).

Según un análisis de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), el desarrollo que ha tenido el crédito informal en Chile ha provenido, básicamente, de su crecimiento en los deciles de menores ingresos.

La CCS explicó que si en 2007 su relevancia, en términos de hogares endeudados con créditos informales, era del orden de 2%, sin grandes diferencias entre los diversos estratos de ingresos, el escenario cambió rotundamente en 2012. En efecto, en el estrato 1, el porcentaje de hogares con deudas informales subió de 2% a 12,7% entre 2007 y 2012; en el estrato 2, pasó de 1,2% a 9,6%, mientras que en el estrato 3 -el de mayores ingresos-, de 2% a 5,6%.

De acuerdo con cálculos del gremio basados en las EFH, el monto total de créditos informales ascendería a US$ 1.220 millones a nivel nacional, lo que equivale a un 12% del crédito de consumo no bancario.

De ellos, un 45% (US$ 550 millones) se concentra en el estrato 1 de ingresos, mientras que en los estratos 2 y 3 tienen un porcentaje menor, de 32% y 22%, respectivamente.

ANALISIS

Guillermo Ramírez, ex superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, aseguró que “la mayor regulación que está enfrentando el sistema financiero en su conjunto está afectando el crédito formal”. En ese sentido, añadió que si bien estas medidas tienen una buena intención, “llevan a que los estándares de créditos con los que se evalúan a las personas en entidades formales, ya sea bancos o retail, o compañías de seguros sean más estrictas”.

Desde el retail financiero puntualizaron que, producto de la entrada en vigencia de la Tasa Máxima Convencional (TMC), “se requerirá un rol activo por parte del regulador para vigilar que no se produzca una mayor contracción en el acceso al crédito de los segmentos de menores ingresos. Por ello, será necesario monitorear cercanamente la evolución de la implementación de la nueva TMC”.

Para Hernán Frigolett, economista de Nueva Economía, el aumento del crédito informal se relaciona, principalmente, con “la incapacidad del sistema financiero de generar mayor bancarización en la economía”.

Asimismo, argumentó que las personas que recurren a la informalidad “son sujetos que están en condiciones bastante en desmedro de las casas comerciales por conductas de impago, por lo que no les queda más alternativa que recurrir a este tercer mecanismo de financiamiento”.

Para Frigolett, existe una correlación cercana entre la morosidad en las casas comerciales y la informalidad. “Se debe comenzar a monitorear de cerca esta situación, ya que, probablemente, la morosidad de las casas comerciales esté en niveles elevados, porque ése es el paso previo para que los consumidores transiten hacia el mercado informal”.