Huberto Berg plantea que el esquema atenta contra el principio de libertad de trabajo:
Marcelo Albornoz, próximo subsecretario del Trabajo, señaló que no se puede culpar solo a estas organizaciones por la forma en que se vició el mecanismo.
Por JOAQUÍN URRUTIA
Expertos laborales coinciden en que las «nombradas» o facultad de los sindicatos de decidir qué trabajadores integrarán una faena portuaria -exigiendo como requisito que todos estén sindicalizados- corresponden a un mecanismo que se vició.
A juicio de Huberto Berg, abogado y asesor laboral de Sofofa, esta práctica se contradice con principios fundamentales, como el derecho y la libertad de trabajo. «El que decide quién trabaja y quién no trabaja son los sindicatos. El trabajador no tiene otra opción que acatar, y eso termina dándoles un poder mucho más allá del que tienen, absolutamente monopólico», afirma.
El experto agrega: «En el tema portuario se han ido permitiendo malas prácticas, con el afán de poder trabajar, pero al final ha imperado la fuerza, y los empresarios terminan por aceptar cosas que en otros términos no habrían aceptado».
Berg estima que si no se pone fin a este sistema de asignación de trabajadores por parte de los sindicatos, «los puertos se van a hacer cada vez menos productivos. Si tienes puertos poco confiables, donde hay personas con un poder que no les corresponde, las empresas van a pensarlo veinte veces antes de ocupar los puertos chilenos para mover sus productos».
Por su parte, Marcelo Albornoz, próximo subsecretario del Trabajo, sostiene que no se puede culpar absolutamente a los sindicatos por la manera en que se vició este sistema. Explica que también les correspondería responsabilidad a las empresas por desligarse de funciones que les son fundamentales.
«Uno puede partir del supuesto de que el sindicato es mejor seleccionador de personal, porque su actividad es exclusivamente de trabajadores eventuales. Van a colocar a gente de su confianza, y en esa decisión puede haber aciertos y desaciertos. Hay que tener claro que si el empleador delegó esta facultad, tiene que asumir que se puede dar esta situación», explica.
Y agrega que cambiar este sistema justo en la coyuntura que enfrentan los puertos constituye una medida tardía. «Si es que lo habían evaluado negativamente en el pasado, debieron haber tomado la decisión en su momento. Ahora, en este escenario, puede que resulte un poco apresurado tomar una decisión tan drástica. Huele como a una pasada de cuentas», finaliza.
EFECTOS EN PRODUCTIVIDAD
Los puertos podrían volverse cada vez menos productivos si no se pone final sistema de asignación, estima Huberto Berg, abogado y asesor laboral de Sofofa. «Si tienes puertos poco confiables, donde hay personas con un poder que no les corresponde, las empresas van a pensarlo veinte veces antes de ocupar los puertos chilenos para mover sus productos», dice.