Razones socioculturales explican en parte esta situación. Son muy pocas las que postulan a empleos en esta industria.
Si bien en nuestro país cada día hay más mujeres que se atreven a emprender e innovar en distintas áreas, no pasa lo mismo en la industria tecnológica.
Según datos entregados por la Asociación de Empresarios del Software (GECHS), la participación de mujeres en dicho sector fluctúa entre un 4 y 4,5%.
Según explica María Eugenia Riquelme, gerente de GECHS, de las más de 100 empresas socias, son muy pocas en las cuales hay mujeres trabajando en cargos TIC propiamente tal, pues la mayoría lo hacen en cargos administrativos, o en el área de recursos humanos o ventas.
Carolina Arce, gerente de Operaciones de U-Planner y de la empresa Miró, es una excepción. Ella tiene a cargo los equipos de desarrollo de ambas empresas y su mundo, en el día a día, es el desarrollo de software, códigos y bases de datos.
Según explica «soy la única mujer en el área técnica, y una más en el área de ventas. He hecho esfuerzos por contratar mujeres desarrolladoras porque creo que la diversidad es muy beneficiosa en los equipos de trabajo, sin embargo, casi no postulan mujeres a nuestras ofertas de trabajo».
La ejecutiva estima que la falta de interés de las mujeres en tecnología se explica por razones socio-culturales. «Nuestros padres y el colegio nos incentivan más en las áreas humanistas, en cambio a los hombres se les exige más en las áreas de ciencias, luego cuando crecemos también nos motivan a seguir carreras que son reconocidas como femeninas. Todo esto se traduce en que exista un bajo porcentaje de mujeres incursionando en tech y en todas las áreas de ciencias en general».
En tanto, Francisco Mardones, director de Gechs, Consultor y Gerente General de Nimbic Chile, opina que la industria TIC es muy inclusiva y no discrimina entre mujeres ni personas con discapacidad, pues en las empresas de desarrollo de software hay mucho de meritocracia. No obstante, coincide con Carolina en que al buscar personal para llenar las vacantes de trabajo, prácticamente no se presentan mujeres.
Rodrigo Herrera, Director Escuela TIC del Instituto Profesional AIEP, confirma la tendencia de la baja participación de mujeres en carreras de esa área, aunque explica que lentamente va aumentando, con algunas fluctuaciones leves.
Explica que, en promedio, el porcentaje de mujeres en el entorno es del 13 a 14%, lo que varía dependiendo de la jornada. En la modalidad diurna el porcentaje tiende a ser mucho mayor respecto al vespertino (modalidad PEV), sobre 25% en diurno y cerca del 10% en la otra modalidad.
Pero no todo es negativo, en los últimos años se han generado una serie de movimientos que buscan aumentar la participación de las mujeres en tecnología. Uno de ellos es «Girls in Tech», una comunidad presente en Chile desde 2012, en la cual participan mujeres ligadas a la tecnología, que estudian o trabajan en esta área, además de docentes y emprendedoras.
Son parte de una red global y hay «chapters» de Girls in Tech en todas las ciudades tech del mundo. La red se originó en San Francisco y lo que hacen hoy es congregar a una comunidad en torno a intereses. Por ejemplo, traen a «speakers», organizan paneles, generan conversaciones en medios. Aproximadamente una vez al mes tienen un encuentro físico entre las interesadas.
Según esta agrupación estiman que, al menos en el mundo de las startups, las mujeres sobrepasan el 12% en Chile, lo que es muy bueno al compararse con el 5% de Silicon Valley.
Respecto a qué faltaría para incentivar a las mujeres a sumarse a este mundo, Carolina Arce cree que «lo que falta es que nos imaginemos a nosotras mismas como creadoras y empresarias en el rubro, y no sólo como consumidoras.
A su juicio, «es clave identificar y visibilizar barreras culturales, cuando las haya, de modo de generar en empresas, programas, ONGs ligadas a lo tech, una cultura abierta a distintos géneros, estilos de vida, etc.».
Mientras que Rodrigo Herrera, también es optimista sobre el futuro de las mujeres en tecnología «creemos que potencialmente ese número puede crecer a tasas muchísimo mayores, por la diversidad de opciones laborales que hay hoy en TIC y la fuerte necesidad de contar con habilidades blandas en adición a las técnicas».