La ministra Javiera Blanco reiteró que el compromiso es llegar a esta cifra solo a mediados del próximo año:
Los expertos señalan que, dada la desaceleración de la economía, lo más razonable sería avanzar hacia una cifra entre $220 mil y $225 mil.
Por MARIANA PENAFORTE.
Un complejo escenario se avecina para la discusión del salario mínimo de este año.
Para los próximos días está prevista una reunión entre el Ministerio del Trabajo y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde cada uno definirá su postura frente a la negociación de reajuste del sueldo mínimo. Este actualmente alcanza los $210.000.
Desde la CUT adelantan que considerarán $250 mil como un «piso» para el debate.
«La discusión del salario mínimo no es solo de cuál es la cifra. Sin embargo no podríamos pedir menos de lo que solicitamos el año pasado, que fue $250 mil», dice Nolberto Díaz, vicepresidente de la multisindical.
Díaz dice que valora la voluntad de diálogo del Gobierno, pero adelanta que en los años de gestión habrá desacuerdo y el salario mínimo será uno de ellos.
Sin embargo, los $250 mil son difíciles de lograr. El rechazo oficial viene del propio programa de Gobierno que propone llegar a los $250 mil solo a mediados del próximo año.
La idea fue reforzada por la ministra del Trabajo, Javiera Blanco. «El presupuesto de este año incluyó una expectativa de crecimiento que era imposible cumplir y es justamente lo que estamos viendo hoy día. Por lo tanto, como nosotros tenemos una política seria y responsable hemos fijado obviamente topes, límites, en algunas materias. Lo razonable y serio es avanzar hacia ese monto ($250 mil) en ese período», dijo Blanco.
La ministra precisó que, antes de sentarse con los actores para conversar sobre este tema, definirá con el Ministerio de Hacienda los alcances de la cifra que propondrán.
La visión de los expertos
Según Joseph Ramos, académico de la Universidad de Chile, hay tres factores que se deben considerar para determinar el reajuste del salario mínimo: la proyección de inflación, la proyección de productividad y, sobre eso, la mejora relativa que se quiera hacer por razones redistributivas. Ramos explica que las alzas se tienen que evaluar, pues pueden tener un costo en el empleo.
«Si la economía estuviera creciendo al 5% y generándose 150 mil empleos anuales, uno podría llegar a un alza cercana a 10%, que creo que era lo que se pensaba cuando se escribió el programa para llegar a unos $230 mil este año. Pero las condiciones no son esas», dice el economista.
Para Ramos, la cifra razonable para 2014 está entre $220 mil y $225 mil, a las que se llegaría con un alza nominal de entre 5% y 7%.
Visión similar a la de la investigadora de Libertad y Desarrollo, Cecilia Cifuentes, quien afirma que, dado el escenario de desaceleración de la economía, el monto debería ubicarse en torno a los $220 mil o un reajuste de 6%. «Ya el año pasado el reajuste fue excesivamente alto y eso a pesar de que se dio en un contexto todavía de bastante dinamismo. Lo que sí, hay que considerar que en 2013 la inflación era más baja que la que tenemos ahora», dice.
Para el diputado DC y miembro de la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, Patricio Vallespín, la discusión entre el Ejecutivo y los trabajadores este año será compleja. «El Gobierno está preocupado en no afectar aún más el crecimiento, mientras que los trabajadores hace años que están aspirando a $250 mil».
La senadora DC Carolina Goic, miembro de la comisión de Trabajo de la Cámara Alta, dice que el modelo de discutir el reajuste año a año se desgastó y que hay que analizar fórmulas más permanentes.
En el discurso del 1 de mayo, la CUT pidió discutir, más que una cifra, una política salarial.
$210 mil es actualmente el salario mínimo, luego que el año pasado la discusión de reajuste se extendiera entre marzo y agosto.
$40 mil es el reajuste que pide como punto de partida la CUT para llegar a $250 mil. Ese monto el Gobierno lo considera para mediados del próximo año.
5% a 7% sería un reajuste razonable frente al escenario de desaceleración económica, plantean los economistas.