Entrevista con Director Ejecutivo de CESCO
Por Leonardo Cárdenas.
Hacer frente a las presiones sindicales. Ese es el nuevo desafío que se avecina para Codelco, según el director ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), Juan Carlos Guajardo.
Esto luego que el pasado viernes -en una votación dividida- su directorio optara por pedir la renuncia al presidente ejecutivo de la estatal, Thomas Keller.
Guajardo asegura que el escenario que se abre para la compañía es incierto, más aún cuando dos visiones sobre los costos laborales colisionaron y culminó imponiéndose una de ellas. En suma: si la actual administración no efectúa cambios, US$30.000 millones en proyectos estructurales podrían terminar siendo inviables.
Keller dijo que no estaba dispuesto a seguir adelante con proyectos que no son rentables, dando a entender que esta fue una piedra de tope en su relación con el directorio. ¿A su juicio, cuáles son esos proyectos?
-Lo que está diciendo Thomas Keller, o lo que quiso transmitir, es que aquí hay dos visiones respecto a cómo enfrentar las relaciones laborales en Codelco. Una es la que él propugnaba y que implicaba modificar las condiciones laborales de forma de viabilizar los proyectos para asegurar la rentabilidad de las inversiones.
Aquí los trabajadores han logrado imponer su resistencia a esos cambios y eso se aprecia en las designaciones en el directorio de Codelco, por ende, la remoción de la persona que trataba de cambiar esas condiciones.
Pero los cambios ya se han anunciado. ¿Qué es lo que queda atrás con la salida de Keller?
-Esta es una discusión de fondo. Esto no es un mero cambio de gerente. Aquí lo que está detrás es cuál es la fuerza que impulsa la marcha de Codelco: si es la que se da en el marco de un gobierno corporativo que representa los intereses del Estado y avanza a la gestión competitiva, o la fuerza del status quo que es empujada por los trabajadores y que pretenden mantener sus beneficios. Estos beneficios están por sobre los niveles de productividad de la empresa.
¿Cómo se pueden graficar los costos laborales de Codelco?
-Lo que grafica más esta situación es que el costo laboral en Codelco es del orden de los US$100 mil por persona, incluyendo todos sus beneficios y la salud.
Hoy los proyectos son viables con un costo inferior, que es del orden de 40% o 45% menos por persona. Eso es lo que hay que internalizar en las decisiones. Por lo tanto, los niveles de costos de Codelco son superiores a los de la industria.
¿Cuánto por sobre la industria están los costos laboras de la minera estatal?
-Aquí vemos que a nivel de mercado se requiere incorporar en los proyectos un 40% o 45% menos de costo. Es decir, bajar a unos US$60 mil por año.
¿Qué escenario se abre ahora frente a los trabajadores?
-No tengo dudas que el directorio buscará a un excelente presidente ejecutivo, pero más importante será cómo enfrentarán las presiones sindicales.
Allí es donde se jugará el verdadero partido Codelco.
¿Tendrán más respaldo para movilizaciones?
-Hablamos de las demandas sindicales que quieren imponer en los nuevos proyectos. Los trabajadores quieren replicar los costos que virtualmente tienen.
Si la administración opta por seguir con costos laborales en el proyecto Fase Subterránea de Chuquicamata, se hará inviable el proyecto. Eso hará que para el Estado sea una inversión muy compleja.
El mayor desafío de las nuevas autoridades de Codelco serán las presiones sindicales.
¿Cómo se entiende que el directorio no tenga ni un año de experiencia en la minera y optaran por sacar al presidente ejecutivo?
-Eso ratifica que aquí hay una intervención alejada de la ley de gobierno corporativo, que busca asimilar la administración de Codelco al de una empresa privada.
Aquí, en menos de un mes, se opta por la salida de Keller y sin tener la sucesión resuelta. Vendrá recién un concurso y un interinato.
¿A cuánto ascienden los proyectos que podrían ser inviables?
-La inversión estimada es del orden de US$30.000 millones. Es una inversión gigantesca, es la más grande en la historia de Codelco.
Si se aplicaran las propuestas de Keller, ¿qué efectos generaría en la compañía?
-No sé si llamarlo ahorro, porque es parte de la evaluación económica de los proyectos. Pero el conflicto y las críticas que han levantado los trabajadores y supervisores contra Thomas Keller iban en esa línea, en no modificar las actuales condiciones. Esta situación se veía venir.