El gobierno está cauto porque sabe que las mejores cifras de ocupación están «infladas» con el incremento de los que laboran por cuenta propia.

Por Hugo Traslaviña.

 

En medio del paulatino descenso del ritmo de crecimiento económico, las cifras del desempleo se niegan a someterse a la llamada «elasticidad» (correlación) entre crecimiento del producto y empleo. De manera inusual, el último informe del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), da cuenta de una leve tendencia a la baja del desempleo, cuando la teoría indica que debiera haber subido, como consecuencia de la menor actividad productiva.

¿Qué pasó para que ocurriera este milagro? La tasa de 6,1% de desempleo a nivel nacional, medida por el INE en el trimestre móvil febrero-marzo-abril recién pasado, es inferior en cuatro décimas a la registrada en el trimestre móvil anterior y tres décimas menos que la informada en similar trimestre del año pasado.

Por eso sorprendió gratamente tanto al gobierno como a los analistas, quienes en rigor esperaban un natural incremento. La explicación del INE es que aumentaron los trabajadores por cuenta propia, siguiendo la tendencia que se observa desde el año pasado.

A este buen resultado ayudó otro hecho que merecería una segunda lectura: en el trimestre febrero-marzo-abril la fuerza de trabajo se mantuvo intacta. Sencillamente no aumentó ni bajó.

Se entiende por fuerza de trabajo al total de personas que estando en edad de trabajar, tienen un empleo; y también a aquellas personas que estando desocupadas declaran que andan en busca de uno. Pero si las personas desempleadas declaran (en las encuestas del INE) que no tienen interés en encontrar trabajo, son sacadas de la fuerza de trabajo. Cuando esto ocurre ayudan a reducir la tasa de desempleo, debido a que la base de comparación es menor.

Triplicó al empleo asalariado

La baja del desempleo detectada en la última encuesta de empleo y desempleo del INE se explica por el explosivo aumento de los trabajadores por cuenta propia, con una tasa del 8,8%, comparada con el trimestre febrero-marzo-abril de 2013. Esto significa que cada vez hay más gente que se las ingenia para dotarse sus propios medios de subsistencia, ante la imposibilidad de encontrar un empleo formal y remunerado.

«Sólo para que tengamos una idea, en la última medición (del INE) el empleo por cuenta propia triplicó a la creación de empleo asalariado», dijo el subsecretario del Trabajo, Francisco Javier Díaz. Por esta razón, agregó que «la principal preocupación del gobierno no es solamente el número absoluto de empleos que se crean, sino que la calidad de éstos».

El subsecretario subraya que «lo que buscamos es identificar el tipo de trabajos que estamos creando, si son estables, con contrato indefinido, o si por el contrario son empleos precarios, por cuenta propia, mucho más inestables y también fáciles de crearse y terminarse de manera abrupta». El informe reciente del INE señala que el aumento de trabajadores por cuenta propia se explica por la incorporación de 53.100 personas al rubro del comercio (sin especificar si es ambulante o no), tendencia que se observa desde mediados de 2013; de 27.100 personas prestando servicios en hogares (doméstico); y de 27.700 personas pertenecientes a un supuesto rubro manufacturero.

Los llamados «cuentapropistas» son también conocidos como «trabajadores de cuneta», porque gran parte de ellos son vendedores ambulantes, que salen a la calle a probar suerte para lograr el sustento personal y familiar.

Según el INE, a esta categoría pertenecen también los microempresarios (que se emplean a sí mismos), los trabajadores y trabajadoras de casa particular; los profesionales y técnicos que ofrecen asesorías; los taxistas y colectiveros; y los maestros (carpinteros, albañiles, plomeros, pintores, aseadores, etc.) que hacen «pololitos» o trabajos ocasionales.

El subsecretario Díaz señala que «a partir de abril de 2012 comienza una clara y persistente tendencia al alza de los trabajadores por cuenta propia que se mantiene hasta hoy, con los problemas que esto conlleva». En contraste, añade que desde hace cinco años «se nota una baja sostenida y contundente de los trabajadores asalariados, lo que nos hace preguntarnos por la calidad del empleo que se creó durante esos años».

Trabajadores «coleros»

Héctor Tejada, presidente de la Unión Nacional de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Unapyme), quien a su vez encabeza la Federación de Ferias Libres de Chile, sostiene que por cada feriante, formalmente establecido, tres corresponden a «coleros», esto es, a vendedores informales que se instalan al final o en las inmediaciones de las ferias libres, a la manera de los mercados persas, como el que cada fin de semana se instala en la calle Biobío, en Santiago.

«Los feriantes legalmente establecidos sumamos 80.000 y los «coleros» que hemos detectados suman más de 250.000 a lo largo de Chile», sostiene Tejada. Agrega que en los últimos años «los coleros han seguido aumentando, a medida que baja el ritmo de crecimiento de la economía y suben los despidos de trabajadores asalariados».

Tejada tiene su propia batería de factores para explicar por qué han subido los trabajadores por cuenta propia: «primero, porque el llamado pleno empleo, que correspondería a la cifra actual de desempleo de 6,1%, mantiene en la cesantía a más de 500.000 personas; segundo, porque una alta proporción del empleo actual es precario y muy mal remunerado; tercero, porque el grupo familiar del decil más pobre del país subsiste con menos de $120.000 al mes, cifra que está abultada con subsidios del estado; y porque con la reducción del crecimiento económico del país, cada vez es más difícil acceder a un empleo asalariado formal».

Según el presidente de Unapyme, en el último tiempo se han sumado a los trabajadores por cuenta propia, «personas de clase media que presentan un alto nivel de endeudamiento y que deben seguir pagando la educación de sus hijos, o financiando mayores costos de salud».

Tejada sostiene que ese conjunto de factores «empuja a la gente a la calle, para probar suerte de manera independiente para ganarse la vida». A esa aseveración el dirigente suma el hecho de que en las mediciones del INE, gran parte de los trabajadores por cuenta propia declararían que trabajan menos de 30 horas a la semana y, sin embargo, así y todo pasan a formar parte de la categoría de «ocupados».

Requisitos para no ser cesante

La pregunta básica que aparece en la encuesta del INE para medir del desempleo considera como «ocupada» a la persona que declara haber trabajado como mínimo una hora durante la semana anterior. El otro requisito es que por esa hora reciba algún pago en dinero o en especies, ya sea en el momento de concretar su labor o «a futuro». La razón de por qué el INE toma en cuenta estas laxas exigencias para considerar como ocupadas a las personas que responden sus encuestas, es que «sigue los parámetros de medición internacionales», precisó un técnico del organismo estatal.

Lo anterior deja en claro que «para formar parte del segmento de ocupados basta con declarar que el titular del empleo trabajó una hora a la semana y que bien pudo haber obtenido una remuneración en especies, a manera de trueque, y no en dinero», agregó el técnico.

Otro dato que llama a la reflexión en torno a la última cifra de desempleo entregada por el INE es la disminución de las horas efectivas que en promedio resulta de la encuesta. «En consecuencia, el promedio semanal de horas efectivamente trabajadas disminuyó, alcanzando a 38,01 horas semanales». Esta cifra es menor en 0,5% respecto de la observada hace un año, lo cual no hace otra cosa que indicar que aumentó el empleo precario. En este mismo ámbito, el informe del INE precisó lo siguiente: Según las horas habitualmente trabajadas a la semana, el mayor aumento de los ocupados en 12 meses se registró, por quinto periodo consecutivo, en aquellos que trabajan de una a 30 horas o tiempo parcial (10,4%). Mientras que se observó el tercer descenso consecutivo anual y en mayor magnitud (-3,7%) de los ocupados del tramo de 45 horas semanales.

Lo anterior implica que mientras los empleos precarios suben, los estables y mejor remunerados bajan.

Según el INE, en el segmento de ocupados que trabajan las 45 horas semanales (lo formal y legal) que más disminuyeron en el trimestre febrero-marzo-abril pasado, fueron del rubro de la construcción (28.300 personas menos), seguidos por los de la industria manufacturera, que disminuyeron en 20.900 personas. En otras palabras, mientras crecen los empleos precarios, en este caso de trabajadores por cuenta propia, disminuyen los ocupados en sectores que suelen caracterizarse por una mayor calidad en el empleo (construcción, minería e industria).

Quizás porque las nuevas autoridades del trabajo observan que gran parte de los empleos que se crearon durante el gobierno anterior son por cuenta propia, es que son cautas a la hora de hacer proyecciones. Primero porque saben que la economía se está desacelerando y, segundo, porque tienen la aspiración de que los nuevos empleos sean estables y bien remunerados, lo cual implica una doble exigencia antes de jugarse por una cifra de crecimiento del empleo.