Alza del dólar repercutiría en precios vía combustibles el próximo mes, pero expertos ven que la desaceleración evitará un traspaso brusco como en mayo.
Por Sebastián Valdenegro Toro.
La inflación comienza a perder vuelo en el país, según confirmaron ayer distintas mediciones del mercado. La Encuesta de Operadores Financieros del Banco Central reveló una rebaja desde 0,2% a 0,1% su expectativa para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de julio y de 2,8% a 2,7% en la prevista en doce meses, mientras las estimaciones implícitas en los seguros de inflación apuntan a un cierre de 3,8% en diciembre.
Lo anterior, en un contexto donde los economistas anticipan una menor presión derivada de la desaceleración de la economía en los precios internos.
El IPC implícito en los seguros de inflación ya se había ubicado en torno a 3,8% en la semana previa a la última reunión de política monetaria -cuando el instituto emisor optó por una baja de la tasa de interés a 3,75%-, alejándose de la parte alta del rango meta de 4% y de los máximos que alcanzó en junio, cuando se acercó a 4,4%.
“Esto es algo que se esperaba, lo que pasa es que no se observaba antes de mayo una caída tan pronunciada de las perspectivas de inflación. Se ha ajustado netamente por la desaceleración de la actividad y el aumento de las brechas de capacidad”, explica el economista jefe de Banco Penta, Matías Madrid.
Sin embargo, hay un efecto que no se alcanzaría a medir en el índice este mes: el incremento del dólar en las últimas semanas producto del último recorte de tasa del Banco Central, el cual ascendió a $ 13 en apenas cinco días.
Según los expertos, el mayor traspaso del alza de la divisa norteamericana vía combustibles se comenzará a evidenciar recién en agosto, para cuando el mercado anticipa un avance del IPC de 0,2%.
Aunque el efecto será más acotado -anticipan-, considerando que el impacto de la desaceleración en los precios evitará que el ajuste sea parecido al de marzo, abril y mayo, donde la apreciación cambiaria disparó el índice sobre el 4% en 12 meses, escapando del rango meta del instituto emisor.
“En julio y agosto debiese verse una nueva baja en la difusión inflacionaria, más cercana al 50%. Esa es una clara señal de que la desaceleración económica está provocando una contención en el alza de los precios”, señala el economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, quien anticipa un IPC de 0,2% para este mes y el siguiente.
Similar tesis tiene Madrid, que ve un IPC de 0,1% en julio y agosto. “En el primer semestre, la situación era radicalmente distinta en términos de traspaso a precios del alza del dólar debido a las holguras de capacidad y que el consumo interno estaba mucho más dinámico. Eso ya no existe”.
El gerente de Estudios de xDirect, Alexis Osses, comparte dicho diagnóstico y ve un IPC de 0,2% para este mes, argumentando que si bien el traspaso a precios internos por el dólar debiera presionar al alza la inflación, la debilidad de la demanda interna contendrá ese incremento. “Hay un efecto alcista en los costos de importaciones que se traspasaría a los precios. De todos modos esperamos que se atenúe el efecto ya que vemos signos de que la demanda interna seguirá manteniéndose débil”.
Mayor espacio para el Central
Los consultados por el ente autónomo esperan un nuevo recorte de la Tasa de Política Monetaria (TPM) en la reunión de agosto, donde se ubicaría en 3,50%.
Eso sí, la novedad es que a seis meses plazo, el mercado anticipa un nuevo recorte que dejaría la tasa en 3,25%, mientras que en el último sondeo la mantenían en 3,50%.
El economista de Banchile, Nathan Pincheira, coincide con dicho diagnóstico. “Existe una alta probabilidad de que la tasa se recorte en agosto. De hecho, también hay una probabilidad de que la recorte en septiembre, pero eso dependerá del sesgo del Central en las próximas reuniones”, argumenta.
Sebastián Senzacqua, economista de BICE Inversiones, estima que un pequeño “shock” inflacionario por el alza de las bencinas en las próximas semanas no modificará el programa de recorte de tasa del emisor. “Si se generan sorpresas bajistas para el IPC de julio, el Central recortará la tasa, pero hacia adelante seguirá analizando si se amerita un recorte más”, dice.
Dólar en $ 575
Los operadores, por otra parte, aplicaron un fuerte ajuste al alza a sus estimaciones para el tipo de cambio en el corto a mediano plazo.
Para los próximos tres meses, los consultados anticipan que el billete norteamericano se ubicará en $ 570 por unidad, $ 10 por sobre el sondeo de la primera quincena de julio.
Para fin de año ajustaron en $ 10 su proyección, situándola en $ 575.
“Una rebaja de tasa en agosto provocaría un efecto alcista hacia $ 575-594 en los próximos meses. El Dolar Index tiene una tendencia alcista a nivel internacional, por efecto de retiro de estímulos, inflación en la meta para EEUU y la posibilidad de que las tasas puedan subir antes de marzo 2015”, dice Osses.