Además de considerar las aptitudes del equipo al planificar el entorno físico, es importante saber todo lo que una correcta estrategia de espacios puede hacer para diseñar oficinas para todos.
Según el último «Informe Mundial sobre Discapacidad» publicado por la Organización Mundial de la Salud, un 15% de la población mundial convive con algún tipo de capacidad diferente. En América Latina existen alrededor de 85 millones de personas discapacitadas, de las cuales sólo el 2% encuentra respuesta a sus necesidades. Aunque estos números resultan ya de por sí alarmantes, se estima que en el futuro este tema será un motivo de preocupación aún mayor, pues su prevalencia está aumentando, en gran parte, debido a avances e innovaciones en las ciencias de la salud que han contribuido a alargar la esperanza de vida.
Para Víctor Feingold, CEO de Contract Workplaces, empresa regional dedicada a la conceptualización, diseño y construcción de espacios de trabajo, estas cifras establecen la relevancia que adquiere esta población como fuerza laboral. Sin embargo, prevalece en las organizaciones cierto desconocimiento con respecto a cuáles son las modificaciones necesarias para realizar en los lugares de trabajo con el objetivo de facilitar el acceso a personas con capacidades diferentes, y el temor a los gastos que esas adaptaciones puedan generar.
Un enfoque posible es el del llamado Diseño Universal. Este concepto, introducido a finales de los años 80 por el arquitecto norteamericano Ron L. Mace, parte de la idea de diseñar productos y entornos de modo tal que sean utilizables por la mayor cantidad posible de personas, sin necesidad de que se adapten o especialicen, y sin que ello suponga una inversión extra.
Las empresas deberían acercarse hacia la tendencia del diseño universal al planificar el entorno laboral, no sólo para cumplir con las reglamentaciones vigentes en materia de accesibilidad a los edificios y porque es moralmente correcto, sino porque al diseñar pensando en las personas con diferentes capacidades se benefician todos.
Por otro lado, los lugares de trabajo alternativos tales como los nuevos espacios de coworking y las oficinas satélites se están haciendo cada vez más habituales. Estos entornos son generalmente utilizados por trabajadores no específicos, por lo que la aplicación de las directivas del Diseño Universal en este tipo de espacio será fundamental a fin de poder dar respuesta a las necesidades de una gama más amplia de usuarios.