Los nuevos proyectos en energía y minería no alcanzan para incentivar al sector. Antofagasta y Atacama evidenciaron las mayores caídas.
Por Julián Mazzucco.
El Índice Mensual de Actividad de la Construcción (Imacon) registró en noviembre un retroceso anual de 1,1%, con lo cual el indicador completó seis meses seguidos con cifras negativas.
Según Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el resultado de noviembre sigue dando cuenta del debilitamiento que experimenta la actividad sectorial y es consecuencia de la caída del empleo en la industria, de la demanda de materiales y del escaso inicio de proyectos de inversión, principalmente en los sectores de minería y energía, ambos altamente incidentes en el gasto total en construcción.
Con el Imacon de noviembre, la actividad acumuló un crecimiento casi nulo en los meses de enero a noviembre de 2014 en relación con igual período de 2013. De este modo se mantiene por casi un año bajo su tasa promedio histórica de 4,9% anual.
Esto, según explican en la CChC, tiene relación directa con el bajo dinamismo de la actividad económica, sobre todo de sectores que se relacionan con la construcción como son la minería y la energía y, además, está en línea con el deterioro de la confianza empresarial del sector construcción.
Asimismo, la contratación de mano de obra -corregida por los efectos estacionales y calendario- disminuyó 2% anual en noviembre, retomando las fuertes caídas observadas en el trimestre julio-septiembre. “Durante ese mes los ocupados por cuenta propia se incrementaron 8,7% anual, incorporándose 16,5 mil trabajadores independientes al sector, pero, a su vez, el empleo dependiente retrocedió 6,2% anual, lo que significó una pérdida de poco más de 30.000 plazas de trabajo en doce meses”, puntualizó Hurtado, quien agregó que “en noviembre se registró una pérdida anual de cerca de 14.000 puestos de trabajo y un persistente deterioro de su calidad”.
Por otro lado, la demanda de materiales para construcción, el índice de despachos de materiales -que aproxima la demanda de materiales de obra gruesa- continuó descendiendo (-21,3% anual en noviembre), en línea con la sostenida pérdida de dinamismo de los despachos de cemento y de barras de acero para hormigón. Lo que concuerda con que la actividad de contratistas generales retrocedió por tercer mes consecutivo, lo que se explica por la caída en la actividad de movimiento de tierras, obras públicas y el menor desarrollo de obras civiles y montaje.
“De lo anterior se prevé que la ejecución de nuevos planes de inversión continuará siendo insuficiente para reponer aquellos proyectos que actualmente concluyeron o se encuentran en su etapa de término de obras, tal como lo manifestaron los empresarios del sector construcción en el más reciente Informe de Percepciones de Negocios del Banco Central”, remarcó el gerente de Estudios.
Si se desagrega por regiones, el panorama no es más alentador. En la zona norte, la actividad se ha frenado producto de la maduración del ciclo de inversiones mineras hechas en años anteriores y por las menores iniciativas de inversión del sector energía. En el sur, en cambio, la desaceleración se nota en mayor manera en el sector habitacional, donde los menores ingresos laborales reales y las mayores dificultades de acceso a crédito hipotecario han contraído la demanda.
En este plano, las regiones de Antofagasta, Atacama, Valparaíso y Maule anotaron las mayores contracciones (-7,4%, -8,9%, -8,7% y -9,7% anual, respectivamente) debido, entre otros factores, al efecto de base de comparación más exigente y a la escasa o nula inversión productiva.