Hong Kong encabeza la lista, entre 178 economías, del informe elaborado por la Fundación Heritage. Libertad laboral fue el índice que más bajó en Chile, por la rigidez del mercado del trabajo.

Por C. Cáceres y F. González.

Chile se mantuvo, por cuarto año consecutivo, en el séptimo lugar del Índice de Libertad Económica 2015 que elabora desde 1995 The Heritage Foundation en conjunto con The Wall Street Journal, y patrocinado por el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD).

El informe -realizado con información obtenida hasta mediados de 2014- sostiene que a nivel global existe un avance hacia la libertad, aunque el ritmo de ese cambio baja drásticamente.

Como ha ocurrido en los últimos 21 años, Hong Kong lidera este índice con 89,6 puntos. Singapur aparece en el segundo lugar, sólo a 0,2 puntos del líder del indicador. Nueva Zelanda salta del quinto al tercer puesto, y aumenta 0,7 puntos desde 2014. Más atrás se ubican Australia y Suiza. Estas cinco economías son consideradas “libres” por el estudio.

Chile aparece en la séptima posición -tras Canadá- con 78,5 puntos, en la zona que ocupan las economías consideradas “mayoritariamente libres”. Esta cifra es levemente menor que los 78,7 puntos registrados en la anterior medición. Estonia, Irlanda y Mauricio completan el top ten (ver infografía).

Chile lidera este indicador en Latinoamérica. Le sigue Colombia con 71,7 puntos (lugar 28), y Santa Lucía con 70,2 (puesto 35). Bolivia (163), Argentina (169), Venezuela (176) y Cuba (177), en tanto, se encuentran en los últimos lugares del ranking, el que los considera como economías “reprimidas”.

Variación marginal

Cuatro son los ejes utilizados en la construcción de este Índice: estado de derecho, tamaño del gobierno, eficiencia regulatoria y mercados abiertos.

Respecto al estado de derecho, Chile no varía en cuanto a los derechos de propiedad y se mantiene en el tercer puesto con 90 puntos. En tanto, libertad de corrupción anota una leve caída (-1,3 puntos) y se ubica en la posición 22.

El informe destaca que Chile es “el país menos corrupto de Sudamérica”, y que los tribunales en el país están “generalmente libre de interferencias políticas”. Además resalta que los derechos de propiedad y contratos “son fuertemente respetados”, mientras que las expropiaciones son “poco comunes”.

En relación al tamaño del gobierno, en el índice de libertad fiscal no se registran variaciones en relación a 2014 y se mantiene en el puesto 111 con 76,5 puntos. Mientras que gasto de gobierno cae -0,5 puntos y obtiene un puntaje de 83,3 puntos.

En este último ítem, se mide el gasto sobre el Producto Interno Bruto (PIB), el cual a juicio de Francisco Klapp, economista de LyD, debería cambiar hacia el 2018 por los tres puntos que el gobierno obtendrá con los cambios tributarios aprobados el año pasado en el Congreso. Acá también se observa la sostenibilidad de la deuda del país, en donde “Chile está bien evaluado”.

Respecto a la eficiencia regulatoria, Chile no tuvo variación en libertad de negocios y ocupó el lugar 69 con 69,3 puntos. Sin embargo, en materia laboral, anota una baja de -2,3 puntos y se ubica en el puesto 69. Según el informe, esto se explicaría “por regulaciones laborales rígidas, con un salario mínimo establecido y una alta sindicalización”.

En materia de mercados abiertos, el país no registra variación en sus tres ítems: libertad de comercio, de inversión y financiera. Pese a ello, el informe de Heritage afirma que en los últimos cinco años, la libertad económica de Chile ha tenido un avance de 1,1 puntos, lo que le ha permitido asegurar el liderazgo en la región.

Reformas

Los cambios que está impulsando la administración de Michelle Bachelet podrían tener un impacto en el ranking de los próximos años, sostiene Francisco Klapp.

“Esperaría que en los próximos dos años continuemos cayendo en la medida que se siga implementando la reforma tributaria y empecemos estas nuevas regulaciones laborales, que no sabemos en qué van a quedar pero que no se ven muy auspiciosas”, señaló. Agrega que va a ser fundamental conocer qué ocurrirá con el poder negociador que tendrán los sindicatos y con la titularidad sindical, pues asegura que “indudablemente provocará un aumento en la sindicalización”.

Para Klapp, uno de los puntos que demuestra la rigidez que tiene Chile en materia laboral son los altos costos que produce el despedir a un trabajador. En ese sentido, sostiene que se debe avanzar en un método alternativo como un seguro que permita financiar el despido.