Gremio expuso ayer en la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados:
Pese a una tasa de sindicalización de solo 3,6%, las remuneraciones han crecido por sobre el promedio nacional, explicó la CChC.
Por Mariana Penaforte.
Como una «medida crítica» calificó ayer la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) la ampliación de la negociación colectiva hacia su sector, tal como propone el proyecto de reforma laboral.
El vicepresidente del gremio, Sergio Torretti, acompañado del gerente de estudios del sector, Javier Hurtado, expusieron ayer como invitados de la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados. Afirmaron que la ley desconoce la realidad de la construcción y el carácter transitorio de las obras, característica que ha determinado el tipo de relación contractual prevaleciente en el sector y justificado el régimen laboral especial que tienen, ya que hoy los trabajadores negocian individualmente por cada obra en la que se incorporan.
Hurtado señaló que el alza de remuneraciones en la construcción no está relacionada con la sindicalización y la negociación colectiva.
Tanto es así que la construcción es uno de los sectores productivos con menor presencia de sindicatos, con una tasa que asciende a solo un 3,6%. Ello, principalmente producto de la transitoriedad de las obras. Aun así, en el período 2004-2014 las remuneraciones en el sector aumentaron 55%, superior al 33% del promedio nacional, dijo Hurtado.
Ello se da porque el contrato por obra o faena permite al trabajador negociar sus condiciones laborales por cada nueva obra a la que busca incorporarse, por lo cual sus remuneraciones se adaptan rápidamente al nivel de actividad y las condiciones del ciclo económico, explicó el gerente de estudios del gremio.
Por ello, pidieron mantener el régimen especial que actualmente rige para la construcción y que considera que los trabajadores están excluidos de la negociación colectiva reglada, aunque nada les impide que lo hagan de manera directa con el empleador o a través de grupos negociadores.
Además, señalaron que este esquema no afectaría las grandes empresas, que tienen sindicatos y sí negocian colectivamente en la actualidad, pero que perjudicaría a las pymes, que dan el 81% del trabajo del sector.
Señalan que los tiempos de negociación y el alza en los costos laborales harán que las pymes eventualmente no puedan cumplir con los contratos pactados y podrían quedar progresivamente fuera del mercado. «Este es un escenario muy negativo para los trabajadores del sector, por su muy limitada posibilidad de reconversión laboral», dijo Hurtado.