El empresario explica por qué decidió apoyar a Andrés Navarro en las elecciones a la presidencia de la Sofofa que se realizarán a fines de abril. Los drásticos cambios que vive la sociedad chilena, dice, requieren de un liderazgo que aporte «un impulso profundo de cambios».
Por José Tomás Santa María.
En el sector privado es reconocido como uno de los hombres de negocio más influyentes del mundo empresarial.
Y no es para menos, considerando que el currículum de Rafael Guilisasti incluye haber sido presidente de la CPC, y ser el actual vicepresidente de la Sofofa, cargo que también ocupó en tiempos de Bruno Philippi. Además es vicepresidente de viña Concha y Toro.
Con su mirada particular de la realidad -que le da su experiencia como empresario pero también su formación universitaria de profesor de historia-, Guilisasti analiza el escenario actual en Chile y las elecciones que vienen en la Sofofa, donde se enfrentarán Hermann von Mühlenbrock y Andrés Navarro.
Sobre este último proceso, y tras hacer un análisis en conciencia de los pro y contra de cada uno, sostiene que en un contexto como el actual la Sofofa requiere de un cambio e “impulso más profundo”, tarea para la cual el mejor candidato es Andrés Navarro. Una situación que no deja de ser polémica, considerando que Guilisasti es parte de la actual mesa que lidera Von Mühlenbrock. ¿Por qué se la jugó por Navarro? Aquí sus razones.
¿Qué le parece el proceso que vive la Sofofa?
El proceso de la Sofofa está muy condicionado con lo que está pasando en el país. Primero, estamos en una situación que podríamos definir como de cambios paradigmáticos profundos en la cual hay muchas preguntas y tenemos que elaborar respuestas. Es muy sano el momento de reflexión porque estamos ante un escenario muy cambiante, en donde por un lado se dice que Chile cambió, pero no sabemos hacia dónde cambió. Segundo, hay datos sociológicos muy importantes como la nueva configuración estructural del país, con una clase media que emerge grande y que puede ser estabilizadora de democracias, pero que también tiene niveles de volatilidad. Por otro lado tenemos una falta de credibilidad muy grande en las instituciones, que ha golpeado al mundo empresarial y a la representatividad política. Todo eso arma un panorama en el cual es muy legítimo que tengamos debate sobre esta materia.
¿Chile está cambiando y el mundo gremial también debiera hacerlo?
Tenemos desafíos que no teníamos antes. Pero no es solamente un problema de ser reactivo, sino que de ser proactivo, porque la configuración o la consolidación de las clases medias es muy beneficiosa para el país. Por otro lado, vemos en los jóvenes un atractivo por emprender muy grande. Vemos también sectores nuevos que crecen, como las áreas de servicio, que no están representadas por el mundo gremial.
Nosotros hemos asistido a una profesionalización de gremios que adhieren a la Sofofa. En el rubro alimento, pesca, salmonicultura, puertos, hemos visto gremios que han vivido una modernización con un elemento en común: se dotaron de mucha capacidad técnica, porque las negociaciones son cada vez más complejas. Y lo que ha sido muy característico en la tradición de la Sofofa es el planteamiento de políticas públicas que van más allá del marco de la pura representación de intereses. En eso ha habido hitos muy significativos, como son la agenda pro crecimiento con el Presidente Lagos, como fue la salida de la crisis del 2008. Esa es la tradición pero tenemos que recuperarla en el nuevo contexto.
¿Y la Sofofa se ha quedado atrás en eso?
Yo he sido parte de la Sofofa, pero me hubiera gustado más profundidad y velocidad de adaptación. Pero es mi opinión, puede que hayan otras personas que piensen que es suficiente este ritmo. Pero lo sano es que estamos en un buen debate, porque eso va a traer mucha participación.
¿Cuál es su candidato a la presidencia de la Sofofa?
He tomado una decisión en conciencia, después de medir todos los pro y contras, y yo en esta coyuntura creo que se necesitan impulsos más profundos y por lo tanto apoyo a Andrés Navarro.
¿Por qué?
No quiero describir cualidades de las personas, porque tanto Hermann como Andrés son dos respetables dirigentes gremiales. Lo que hago es un llamado a que cada uno de los consejeros en su conciencia revise y mida los desafíos futuros, los liderazgos que se necesitan. Yo en mi conciencia he hecho ese análisis, y creo que hay muchos consejeros que están en ese proceso. Lo más importante es el proceso que vamos a vivir para que las 108 personas elijamos la mejor alternativa para la Sofofa. Y lo importante es lo que viene después, porque esta elección no cierra la tarea, sino que abre muchas más.
¿Pero qué razón lo hace pensar que Navarro es una mejor candidato?
Creo que necesitamos un impulso de cambio y tengo la impresión de que, dada las circunstancias tan excepcionales que estamos viviendo, ese liderazgo lo puede aportar Andrés. Un liderazgo que profundice esta tarea que tiene la Sofofa de insertarnos con la nueva sociedad que emerge en Chile. No descalifico que otros consejeros tengan otra opción, pero creo que lo que corresponde es un proceso de reflexión.
Su decisión puede ser vista como un acto de traición, considerando que usted es vicepresidente de Von Mühlenbrock.
No lo siento así porque creo estas son las oportunidades que tenemos para dar nuestra opinión. A veces el voto es la síntesis de muchos balances que uno realiza. Y muchas de esas cosas no tienen que ver estrictamente con una evaluación del período de Hermann, sino que la urgencia que estamos viviendo hoy.
¿Usted es crítico de la gestión de Von Mühlenbrock?
No, en absoluto, me siento solidario y responsable de este período, pero a veces nos tenemos que enfrentar a situaciones no gratas pero donde prima la libertad de conciencia. A veces, en las instituciones cuando hay crisis se privilegia una unidad sin una discusión de fondo, a mí lo que me importa es el fortalecimiento de la institución.
¿No ha pensado en renunciar a la vicepresidencia?
No. Estamos en proceso eleccionario donde las discrepancias son legítimas, y donde lo más importante es la reflexión interna en este mes y medio que queda.
¿Qué opina de las críticas que se le hacen a Andrés Navarro: que es cercano a Piñera y que nunca ha ido a la Sofofa?
Respecto a lo de Piñera, esta es una institución de personas adultas, algunos de nosotros hemos tenido preferencias presidenciales explícitas, pero ese no es un factor para inhibirse, en la medida en que una vez que se ejerza se rompa ese vínculo.
Y sobre aquello de que no ha participado en la Sofofa, me pregunto: ¿qué tiene que representar Sofofa? Para mí lo que tiene que representar es el mundo de las empresas. Es perfectamente legítimo que un empresario que no haya tenido vida gremial pueda optar a tenerla. Como también es legítimo que alguien lo haga desde la trayectoria gremial. Se han dado ambas situaciones en la historia de Sofofa, no hay norma sobre esta materia. Ahora, si a una persona en conciencia le parece muy importante que haya tenido una trayectoria gremial, afortunadamente puede manifestarlo con su voto. Y si otra persona quiere sopesar los factores de liderazgo, también los puede ejercer.
¿Qué cambios concretos debiera vivir la Sofofa?
No tengo la brújula, pero creo que debemos buscar tres objetivos. Uno es mejorar y dar un impulso a la representatividad de las empresas socias en la Sofofa, y ojalá ampliar el número de empresas socias. Es fundamental que seamos atractivos para el mundo que debemos representar. Segundo, debemos darnos una forma de trabajo al interior que nos permita mayores niveles de discusión y participación. Y tercero, vamos a tener que aplicarnos mucho a la gran tarea de relegitimarnos en la sociedad. Creo que tenemos que buscar nuevos factores de legitimación.
¿Cree que Navarro puede ganar?
Yo no estoy acá por ningún cálculo. Estoy por una decisión de conciencia.