Así lo señaló, el secretario General de la CUT, Arturo Martínez en su intervención en la Comisión del Trabajo de la Cámara de Diputados donde se está tramitando el Proyecto de Reforma Laboral.
“Creo que lo que busca el proyecto, es ponerle una camisa de fuerza al movimiento sindical, colocarlo en un marco estrecho para poder hacer un movimiento sindical que no tenga capacidad de enfrentar al empleador como corresponde, con poder. El poder de los trabajadores está en la huelga. Está en su acción sindical”, señalo el dirigente.
En esta perspectiva, recordó que cuando al movimiento sindical se le pretende achicar la cancha “tenemos que lamentar muchas cuestiones que en la historia de Chile están grabadas. Cada vez que el sindicalismo se ha tenido que salir de un marco laboral estrecho, ha venido un Santa María de Iquique y una serie de hechos que la historia no reconoce pero que son reales y que, su último hecho, fue ese trabajador aplastado por un camión, defendiendo para que no entraran rompehuelgas a la empresa”.
Es por esta razón, que Martínez llamó a “evitar estrechar el marco legal y someter a los trabajadores a esta camisa de fuerza en donde se les amenaza hasta con el desafuero a sus dirigentes por las acciones que puedan cometer”.
“Queda pendiente una reforma estructural”
“Con este proyecto quedará pendiente una reforma estructural al Código del Trabajo que deje a las partes en igualdad”, indicó Martínez, agregando que “los trabajadores no estamos pidiendo nada. Solo que se nos devuelva los que se nos quitó hace 35 años y que en 25 años de democracia no se han podido cambiar las condiciones en la que se desenvuelven las relaciones de trabajo en Chile”.
Entre los temas pendientes, enumeró la negociación colectiva por rama y modificaciones a los artículos 161 y 159 (número 5 y 6).
Respecto de las reglas con la que se realiza actualmente la negociación colectiva, dijo que es “solo funcional al modelo económico que necesita sindicatos fragmentados, sin ningún poder que no causen problemas y sin capacidad para reclamar los derechos de los trabajadores. Esos es lo que ha sucedido en estos 35 años. Necesitamos cambiar esto”.
La negociación ramal, explicó Martínez, “no es otra cosa que extender la negociación colectiva. Si seguimos la negociación en la empresa, habrá siempre un porcentaje alto de trabajadores con contrato, asalariados que no tendrán derecho a negociar colectivamente porque trabajan en las empresas de menor tamaño (…). Hoy lo único a lo que tienen derecho los trabajadores, es al salario mínimo; a ninguna otra condición”.
En esta línea, cuestionó el proyecto de reforma porque “limita la negociación en la empresa y los sindicatos de la empresa tendrán que negociar en cada una de las empresas a la cual pertenecen sus trabajadores .Por tanto, se sigue con la lógica que hay que negociar en la empresa, quitándole al sindicato el poder de negociación. Y es más, le dice que tienen que negociar los delegados de la empresa y, a su directiva sindical la deja sin ningún rol. ¿Para qué queremos sindicatos interempresas, si su directiva no va a jugar ningún rol en la negociación colectiva, solo de asesoría?”
Asimismo, también pidió revisar el proyecto en aspectos tales como el tiempo de respuesta que se le exige al empleador frente a la negociación colectiva: “hoy, lo único que se le va a exigir es que se respete el piso. Un piso que, como la presidenta de la CUT lo ha señalado, es sin IPC y sin reajustabilidad. Nosotros creemos que el IPC no es reajustabilidad, es resarcirse del costo de la vida y recuperar el poder adquisitivo perdido por la inflación. El proyecto tiene que ser revisado en ese aspecto: tanto en la respuesta del empleador como en el tema del piso porque creo que muchas empresas, van a aprovecharse respondiendo solo por el piso y quedarse sin negociar hasta el final para que los trabajadores también tengan que decidir si quedar con el piso o ir a la huelga”.
De igual forma, crítico la ausencia de modificaciones al Artículo 159 (número 5 y 6) que permite al empleador despedir trabajadores por fuerza mayor. “Cuando una empresa sufre un incendio, todos los trabajadores son despedidos sin derecho alguno, sin indemnizaciones, sin vacaciones. Sin embargo, seis meses después, con los seguros operando, empieza a funcionar sin esa carga que tenía antes, con nuevos trabajadores. No sé si eso va a ser aceptable acá”.
“Empleadores violan cuando quieren la ley laboral”
En torno a las sanciones por prácticas antisindicales planteadas en el proyecto, Martínez enfatizó que no resuelven los problemas existentes pues “lo que pasa, es que el empleador puede violar la ley cuando quiera. Si a alguien se le ocurre fiscalizar, le pasará una multa. En nuestro país se pasan, 3, 4 multas y la empresa sigue violando la ley. Este proyecto no busca resolver ese problema. Si yo pago, sigo violando la ley laboral. Y esto, le sale más barato al empleador que manejar con trago porque, cuando maneja ebrio, lo llevan al tribunal y lo sancionan pero, violar la ley laboral reiteradamente, no le sale ni por curado”.
“No establecer sanciones que se conviertan en herramienta de amedrentamiento a la acción sindical”
Otro punto, fuertemente cuestionado son las indicaciones que buscan sancionar a los sindicatos y trabajadores que “cometan faltas” durante el proceso de la negociación colectiva.
“Esto va a dar pie para que muchos empleadores (…) procedan a hacer ciertas acusaciones aunque sean falsas y llevar a los tribunales a trabajadores y sindicatos. Me parece que esto va a dar pie a un desafuero de dirigentes que, al final del camino por no tener capacidad de defensa en el tribunal, van a ser sancionados. Lo que se requiere es proteger a la parte más débil de la relación laboral, no establecer sanciones como desafueros y otras que van a convertirse en una herramienta de amedrentamiento a la acción sindical. Esto no es parte del proyecto, esto es parte de la Ley Laboral antigua que el proyecto no modificó. Pero esperábamos que podía ser cambiado en esta oportunidad”, señaló Martínez.