Superintendencias de Pensiones y de Valores y Seguros anunciarán nuevas tablas de mortalidad:
Desde la OCDE resaltan la gestión chilena en actualización de los datos de envejecimiento de la población, la que destaca en la comparación internacional.
Por CECILIA ARROYO A.
Las superintendencias de Pensiones y de Valores y Seguros alistan los últimos detalles para dar a conocer en las próximas semanas las nuevas tablas de mortalidad de los chilenos, actualización que no se hacía desde 2009.
El estudio, que contó con la asistencia técnica de la OCDE (con un costo de 115.000 euros), entrega las nuevas cifras de expectativas de vida de mujeres y hombres chilenos, a partir de su edad de retiro legal: 60 años en el caso de ellas y 65 en el caso de ellos.
Estas reemplazarán a las de 2009 y serán usadas por las compañías de seguros de vida (que venden pensiones en modalidad de rentas vitalicias) y por las AFP (que ofertan retiro programado), para calcular los montos de las pensiones futuras.
Fuentes vinculadas al proceso sostienen que el impacto en las pensiones sería a la baja, pero no superaría el 1%. Esto, ya que las nuevas tablas recogerán el aumento en las expectativas de vida y, por ende, el tiempo durante el cual se debe financiar una pensión.
La expectativa de vida a partir de los 65 años se habría elevado en Chile entre seis meses y un año, respecto de lo que se estimó en 2009, según comentan cercanos al proceso.
Esto está en línea con las cifras promedio de los países miembros de la OCDE. En estas economías, cada década las expectativas de vida al nacer aumentan en promedio dos años, mientras que desde los 65 años de edad las expectativas se elevan un año.
En Chile, actualmente las industrias trabajan con estimaciones de expectativas de vida basadas en las tablas de 2009, que dicen que la mujer vive un promedio de 28,9 años más después de los 60 años de edad, mientras los hombres viven 19,4 años tras los 65 años. Estos datos ya incorporan un factor de actualización.
Desde la creación del sistema de pensiones, en 1981, se han realizado cuatro ajustes a las tablas de mortalidad. Los más importantes fueron los de 1985 y 2004.
Según este último, las expectativas promedio de vida de las mujeres después de la edad legal de jubilación pasó de un 21,6 años en 1981, a 24,9 años en 1985 y a 28,9 años en 2004. En el caso de los hombres, en tanto, aumentaron de 13,5 años en 1981, a 17,1 años en el 1985 y a 18,7 años en 2004.
El impacto de esto en las pensiones es clave. Desde la década del 80 hasta ahora, el aumento de las expectativas de vida de los chilenos ha significado una baja de las pensiones de 26% en los hombres y de 20% en las mujeres.
Estudios anteriores
De acuerdo con la última publicación sobre la temática de las tablas de mortalidad, elaborado por la OCDE en 2014, las cifras de Chile están bien en comparación con otros países. «Y las nuevas tablas que se están preparando probablemente pongan a Chile en una situación mucho mejor que ahora», dice desde París el economista y cabeza de la unidad de pensiones privadas de la OCDE, Pablo Antolín.
Según dicho informe, en nuestro país la esperanza de vida desde los 65 años ha ido en aumento de forma constante y a un ritmo similar para hombres y mujeres, durante las últimas dos décadas.
Sin embargo, de acuerdo con el análisis, las mejoras incorporadas en las tablas de mortalidad de 2009 no son suficientes para los hombres de todas las edades y, en especial, para las mujeres menores de 70 años de edad. Esta subestimación de los cambios a las expectativas de vida permitieron a la OCDE prever un déficit en los recursos existentes para la vejez entre 4% y 6% para los hombres y entre 3% a 5% para las mujeres.
Dicho déficit podría ser corregido con las nuevas tablas. «Si hay un país donde estas cosas se hacen bien, es en Chile», agrega Antolín, destacando la periodicidad de los ajustes a las tablas, aunque afirma que lo ideal es que se hagan cada dos o tres años.
El experto afirma que la importancia de estas correcciones es que las aseguradoras deberán ajustar sus reservas técnicas, de manera de garantizar adecuadamente los compromisos futuros adquiridos para pago de pensiones. Tras el cambio que anunciaría próximamente la autoridad chilena, las exigencias de reservas técnicas al sector asegurador de vida se elevarán.