Desde el Ejecutivo estudian hacer más precisiones al proyecto, aunque sin distanciarse de ejes centrales del mensaje y del programa gubernamental.
Por Juan Pablo Palacios.
«Oficialmente la CUT no ha conversado con el gobierno desde el año pasado, sí fuimos al Congreso el pasado 2 de marzo y estamos enterados de parte de los parlamentarios de la comisión de Trabajo de la Cámara de los temas de cambios que se están discutiendo».
Así define el secretario general y ex presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Arturo Martínez, el actual momento de las relaciones entre la multisindical y el gobierno en medio de la tramitación del proyecto de reforma laboral.
Durante el período pre legislativo de diseño de la iniciativa, la CUT apareció como el actor prefente con el que se acordaron varios puntos de la agenda. Sin embargo, luego de analizar el detalle del articulado del mensaje, la multigremial lanzó duras críticas a la propuesta y entró en una fase de enfriamiento en las conversaciones con el gobierno.
«Costó harto, pero todo el mundo en la CUT se alineó para decir que el proyecto tal cual está, no nos sirve, le falta mucho y es contrario a lo que queríamos», señala Arturo Martínez sobre el texto oficial.
La Central tiene claro que es necesario incidir en el debate legislativo para modificar la reforma laboral.
Ante ello, la organización gremial diseñó un plan de trabajo para enfrentar la discusión en particular de la iniciativa en la comisión de Trabajo y luego el trámite en la sala.
«Nosotros ya definimos una línea de trabajo, que es pedir que se elimine el tema de la sanción a las prácticas a dirigentes en la negociación colectiva, que tienen que ver con la pérdida del fuero sindical, ese capítulo completo debe eliminarse y queremos que se terminen los pactos de adaptabilidad, que salgan del proceso de negociación colectiva», expresó el secretario general de la CUT.
Puntualizó que se encuentran trabajando en un documento con indicaciones a cada uno de los artículos de la iniciativa de gobierno, en línea con las observaciones que ya plantearon a los parlamentarios de la comisión a inicios de marzo.
Anticipó que «vamos a seguir insistiendo en la negociación ramal y en los cambios al artículo 161 del Código del Trabajo».
También indicó que «queremos que se elimine todo el capítulo donde aparece el lock out. Creemos que no deben existir servicios mínimos, queremos que existan servicios esenciales en aquellas llamadas estratégicas, pero que haya derecho a huelga en esas empresas. Los servicios esenciales deben estar relacionados con la salud, con la economía, con el medio ambiente, pero en las demás empresas no se justifican los servicios mínimos, ese capítulo debería desaparecer también» del proyecto.
La otra parte de la estrategia de la CUT ha sido profundizar los contactos con los legisladores especialistas en el área y estar atentos a las señales que ha dado el propio Ejecutivo respecto de eventuales ajustes a la reforma.
En ese sentido, Martínez valora que el Ministerio del Trabajo y parlamentarios hayan comenzado a trabajar indicaciones, pero ve con cautela los cambios acordados en sindicatos y negociación colectiva.
«Eso demuestra que el proyecto puede tener cambios, si el gobierno ya se decidió por esos ajustes hay que seguir haciéndolos y revisando otras cosas para saber que más hay que cambiar. El gobierno escuchó la opinión de que hay que terminar con todas esas sanciones y castigos a los dirigentes, nos parece positivo que eso salga, pero no es suficiente todavía, hay que mejorar el tema de la respuesta del empleador porque no considera el piso (con IPC), se debe sancionar al empleador que no responde y hay otras cosas que cambiar», dijo.
Desde el Ejecutivo dicen que estudian hacer más precisiones, aunque sin distanciarse del programa de gobierno.