Ministerio de Salud inicia plan preventivo en Región de Atacama
Se recomienda uso de mascarillas para evitar respirar partículas tóxicas y la vacunación contra la hepatitis.
Por MAURICIO SILVA.
El colapso de alcantarillas, embancadas por el material que transportó el alud, y el riesgo de enfermedades respiratorias ante el polvo en suspensión son las principales preocupaciones sanitarias tras los 17 aluviones ocurridos en el norte de Chile hace una semana.
Respecto del aire, tanto los habitantes como los expertos temen los efectos de contaminantes a causa del arrastre de relaves antiguos con el paso del aluvión.
La ministra de Salud, Carmen Castillo, recorrió la zona amagada y en el albergue del liceo de Chañaral, anunció un plan para prevenir brotes de enfermedades gastrointestinales y posibles efectos de contaminación por metales pesados.
Con este fin, se enviarán 200 mil vacunas contra la hepatitis y 50 mil mascarillas para proteger a la población de Atacama.
La ministra Castillo señaló que pudo apreciar material fecal en el lodo mezclado con agua en zonas urbanas. «Esta situación requiere que sean vacunados sobre todo los menores de 15 años que no han tenido antes hepatitis. Hay que protegerlos», dijo.
El otro gran problema es la presencia de polvo que el viento suspende en el aire una vez que el lodo ha comenzado a secarse. Ello expone a enfermedades respiratorias, pero además está el riesgo de que contenga metales pesados provenientes de la actividad minera. «Nuestra sospecha es que se mezclaron con los relaves que había en Chañaral, que son ricos en níquel y arsénico. Es un fenómeno que debemos estudiar y que es único en el mundo», dijo la investigadora del departamento de Salud Pública de la PUC, Sandra Cortés, quien viajó a asesorar a la seremi de Salud de Atacama.
Cree que es «lo que está circulando en Chañaral y que se mezcló en el lodo y se metió a las casas, puede estar contaminado».
Ayer, la seremi de Salud emitió una resolución prohibiendo la extracción de mariscos y pescados de la bahía de Chañaral, su distribución y consumo.
La ministra precisó que si bien no hay evidencias de que relaves de la alta cordillera hayan colmatado, se tomarán muestras del barro que inundó las casas.
24
muertos es la cifra oficial actualizada anoche por la Oficina Nacional de Emergencia.
69
son los desaparecidos por los aludes y desbordes de ríos que han afectado a tres regiones del norte.