El organismo considera los proyectos de inversión de asociaciones públicos-privada específicamente para el área de infraestructura en electricidad, transporte y agua.
Por Reuters.
Los países de América Latina y el Caribe ofrecen mejores condiciones para el desarrollo de inversiones con participación público-privada, pese a que persisten problemas de financiamiento y las cuentas públicas de algunos gobiernos podrían ser un riesgo, dijo este martes el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
La región debería destinar el 5% de su Producto Interno Bruto (PIB) para reducir su déficit en infraestructura, pero en la última década solo invirtió entre un 2% y un 3%, dijo el informe Infrascopio 2014 presentado en Punta del Este durante la conferencia «PPP Américas».
«El entorno general ha mejorado, sobre todo en la parte regulatoria e institucional, sin embargo aún queda mucho más por hacer en la región para poder dar rienda suelta a todo su potencial», dijo en un comunicado el gerente general del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del BID, Fernando Jiménez-Ontiveros.
El BID considera los proyectos de inversión de asociaciones públicos-privada específicamente para el área de infraestructura en electricidad, transporte y agua.
Al respecto, una de las barreras en la región es el acceso al financiamiento: Pese a que el clima de inversión privada ha mejorado, el apoyo financiero y la variedad de productos para proyectos de inversión público-privada en infraestructura no se encuentran a la par.
A esto se suma la necesidad de contar con finanzas gubernamentales solventes que permitan concretar asociaciones con potenciales socios privados, lo que representa todo un reto para algunos países de la región.
«Honduras y Jamaica podrían enfrentar dificultades para encontrar inversionistas si sus situaciones macroeconómicas corren riesgos debido a inestables finanzas públicas. (…) En Nicaragua, grandes pasivos sin fondos continúan siendo un riesgo», destaca el documento.
Romina Bandura, quien dirigió el informe para The Economist Intelligence Unit (EIU), dijo que esos dos capítulos son los que menos evolución han mostrado desde que en 2009 se publicó el primer informe.
«Hay que tener la casa en orden, las finanzas públicas tienen que estar en orden, los inversores miran la capacidad de pago de los países», destacó Bandura.
POSICIONAMIENTO
Chile, Brasil, Perú, México y Colombia son los primeros en el ranking de naciones con escenarios más propicios para las asociaciones público-privadas, que se han convertido en una herramienta para suplir las carencias en infraestructura de una región en desarrollo.
Jamaica, Paraguay y Ecuador -que se ubican en el medio de la tabla de 19 países- fueron los que lograron mayores avances desde 2012, mientras que Guatemala, Honduras y Uruguay permanecieron estables aunque iniciaron proyectos públicos-privados, según el documento del BID.
Argentina, Venezuela y República Dominicana reflejaron una caída en sus clasificaciones debido a un deterioro en el clima de inversiones. En Argentina cayó la cantidad de proyectos, en Venezuela la situación política afectó el acceso al financiamiento y en República Dominicana las autoridades se volcaron a las inversiones públicas de infraestructura.
Por su parte, Brasil y México se destacaron por la cantidad de asociaciones público-privadas subnacionales -independientes del Gobierno central-, un aspecto en el que Chile, Perú y Colombia aún podrían mejorar.
Un informe presentado por Price Waterhouse Cooper (PwC) proyectó una inversión en infraestructura de 557.000 millones de dólares anuales para 2025 en América Latina, considerando el crecimiento de la población global y el desarrollo de la economías, con Brasil y México como principales impulsores.