Chile arriesga incumplir compromiso ante la ONU de reducir mortalidad en 50% hacia 2020:
Imprudencia, exceso de velocidad, consumo de alcohol y uso de teléfonos entre las principales causas. Expertos critican «relajo» en controles durante el año pasado.
Por Manuel Valencia.
En 2011, Chile se fijó una meta ambiciosa: junto a otros países del mundo suscribió el compromiso denominado «Década para la acción en seguridad vial» de la Organización de Naciones Unidas (ONU). El objetivo era llegar a 2020 con un 50% de reducción en las muertes por accidentes de tránsito. Así, los 1.573 que se contaban hace cuatro años se debía llegar a 787 hacia el fin de la década.
Sin embargo, cinco años después, el país está lejos de cumplir el objetivo, y en lugar de reducir la mortalidad por accidentes, las cifras muestran incrementos. Según el informe anual de accidentes de tránsito elaborado por Carabineros, el año pasado se contaron 1.630 muertos en accidentes de tránsito en todo el país. La cifra es mayor en siete casos respecto de los 1.623 de 2013 y la máxima desde los 1.782 registrados en 2008.
La estadística, además, muestra el incumplimiento de la meta fijada por el gobierno anterior de reducir en 20% los siniestros entre 2011 y 2014, con la estrategia nacional de seguridad vial, que incluía la instalación de fotorradares. La idea aún es discutida en el Congreso (ver recuadro).
La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), Gabriela Rosende, destaca que, pese al aumento general de fallecidos, «durante 2014 se registraron los mejores resultados en los últimos 13 años en lo que se refiere a fallecidos en accidentes de tránsito ligados al alcohol en conducción. Concretamente, pasaron, a nivel nacional, de 205 víctimas en 2011 a 148 en los años 2012 y 2013, y a 142 en 2014».
Los accidentes también marcaron un peak : llegaron a 78.445, la mayor cifra en la historia del país, aunque el parque automotor también alcanzó su máximo con más de cuatro millones de vehículos.
Para Alberto Escobar, gerente de asuntos públicos del Automóvil Club, la relación entre el alza del parque automotor y los accidentes y muertos «es una excusa simplista. En países desarrollados crecen en forma inversamente proporcional ambas variables. Aquí nos enfrentamos a malos conductores, malos hábitos y alta impunidad. Mientras no aumente la fiscalización, con medios electrónicos, vamos a seguir con cifras malas», opina.
Entre las causas, desde Conaset explican que los principales factores se asocian a la imprudencia de los peatones y la irresponsabilidad del conductor, además del exceso de velocidad y la manipulación de celulares. Según Alberto Escobar, esta última causa llega a 15%, mientras que el alcohol es responsable del 20%.
Para Pedro Gazmuri, académico de la UC y especialista en seguridad vial, las cifras muestran una noticia «pésima, muy negativa y esperable, porque el actual gobierno desdibujó la política de control de alcohol y hoy no hay ninguna política, no hay estrategias ni acciones claras. Llevamos un año en esta administración y uno hubiese esperado un cuidado con el control de alcotest pero no se perseveró. Es una irresponsabilidad no haber insistido. En vez de discutir cuánto cobramos en los estacionamientos, deberíamos aprobar los fotorradares. Hay un proyecto durmiendo en el Congreso y fundamentalmente con esa medida, se puede generar un cambio», critica.
El informe también muestra una reducción en la cantidad de lesionados. Pasaron de 59.592 en 2013 a 57.885 el año pasado.
Para el coronel Víctor Cancino, jefe del Departamento Técnico y de Seguridad Vial de Carabineros de Chile, la baja en los accidentes y el aumento en la mortalidad evidencian un incremento en los accidentes severos. «Ese tipo de accidentes involucran, por lo general, la velocidad. Hay una relación directa con la cantidad de muertos, porque cuando es superior a 40 km/h tiene altas posibilidades de producir la muerte, sobre todo a peatones que cruzan intempestivamente la vía. Es preocupante también la cantidad de atropellos, que mueren no tanto por el impacto, sino porque son proyectados y mueren al caer en la calzada».
Proyecto que reinstala fotorradares sigue en primer trámite constitucional, a más de un año de su ingreso
Todos los especialistas coinciden en lo mismo: la creación de un sistema que permita instalar cámaras para fiscalizar infracciones de tránsito es la principal estrategia que podría quebrar la tendencia al alza en accidentes y muertes. Cuatro de cada 10 víctimas se deben al exceso de velocidad y en países donde se han instalado fotorradares, estos fallecimientos decaen hasta en 40%. Es el caso de Francia o España, que lograron eliminar las muertes por accidentes como uno de los principales problemas de salud pública nacional.
El proyecto fue presentado por el ex Presidente Sebastián Piñera en enero de 2014, pero a más de un año de su ingreso aún está en su primer trámite constitucional en la Comisión de Transportes y Obras Públicas en la Cámara de Diputados. El gobierno actual solo le puso urgencia una vez, pero no la renovó, con lo cual la discusión de la iniciativa no ha logrado realizarse con mayor agilidad.
Con la aprobación de este sistema, se crearía un centro automatizado de tratamiento de infracciones (Cati) que permitirá legitimar la instalación de fotorradares. Estos dispositivos podrían captar excesos de velocidad o a conductores que no respetan signos Pare o luces rojas, lo que buscaría generar un efecto disuasivo. Luego, enviarían el registro de la falta al domicilio del infractor, lo que ayudaría a «descongestionar» los juzgados de policía local.
La influencia de las leyes Tolerancia Cero y Emilia
Las dos leyes aprobadas entre 2012 y 2014 para endurecer el rango con que se establece la conducción bajo el efecto del alcohol y agravar las penas a los conductores ebrios, ayudaron a reducir las muertes por accidentes vinculados al alcohol en 63 casos en dos años. Sin embargo, esta causa aún representa solo el 20% de las muertes por accidentes de tránsito, según Alberto Escobar, del Automóvil Club.
Pedro Gazmuri, de la UC, acusa que la gran influencia del alcohol en los fallecimientos se da por un «relajo» en los controles por parte del actual gobierno, que quitó el sistema de ambulancias de control etílico y lo reemplazó por otro dependiente de los hospitales. «Es urgente volver a controlar el consumo, el Gobierno tiene que despertar de la siesta que se dio el último año y generar una política que se comunique, que genere un efecto», postula el académico.
Para reforzar los controles, el Servicio Nacional de Prevención de Drogas y Alcohol (Senda) anunció la implementación de alcotest evidenciales. Estos dispositivos dejarán atrás el uso de las alcoholemias, porque son capaces de establecer ebriedad en el lugar del control, a través del aliento, en lugar de la necesidad de realizar exámenes de sangre. El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, comprometió el debut del sistema para septiembre de este año.
Estrategia
2011 Chile suscribió el denominado «Decenio de acción para la seguridad vial» de la ONU, que obliga al país a implementar medidas para reducir en un 50% la cantidad de muertos por accidentes de tránsito. Sin embargo, según las cifras, los fallecimientos han crecido.
2012 El Congreso aprueba la Ley de Tolerancia Cero, que logra reducir las muertes en accidentes en 28% el primer año, al endurecer los criterios para establecer la conducción en estado de ebriedad y bajo los efectos del alcohol.
2014 Se aprueba la Ley Emilia, que endurece las penas a los conductores ebrios responsables de la muerte o lesiones graves a terceros. Con la norma, las muertes por ebriedad se reducen a 142 fallecidos. Paralelamente, surgen críticas por «relajo» y el término del sistema licitado de ambulancias para el control de alcohol.
2015 A cinco años del plazo para reducir las muertes de accidentes en 50%, las cifras muestran el mayor nivel de fallecidos desde 2008 y un peak histórico de 78.445 accidentes.