Informe de la organización dice que en 1996, los chilenos bebían 7,4 litros de alcohol al año, cifra que en 2010 subió a 7,9 litros.
Por Cecilia Yáñez.
El consumo de alcohol entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) se redujo 2,5% entre 1992 y 2012, según un informe publicado ayer, un logro que la organización atribuye a políticas públicas más restrictivas.
Pero lo que podrían ser buenas noticias para todos los integrantes del organismo, no lo son para Chile. Según el documento, la cantidad de alcohol que se consume en el país va en aumento. Si en 1996 Chile tenía un consumo anual promedio per cápita de 7,4 litros de alcohol puro en mayores de 15 años, en 2010 éste llegó a los 7,9 litros, en un alza sostenida desde 2004. Esto contrasta con la reducción generalizada en la Ocde, donde en promedio, la reducción cayó casi medio litro en 20 años, pasando de 9,4 litros de alcohol por persona en 1992 a nueve litros en 2012.
En el discurso de presentación del informe, Ángel Gurría, secretario general de la Ocde mencionó que el abuso de alcohol mata a más personas en el mundo que el sida, la violencia y la tuberculosis juntas. Es la quinta causa de muerte y discapacidad en todo el planeta.
Lidia Amarales, directora del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) si bien reconoce que es una cifra alta, señala que el consumo se ha reducido si se consideran los 15 litros per cápita que se bebían en la década del 60. Sin embargo, destaca que la cantidad de gente que consume alcohol tiene una tendencia a la baja. “La prevalencia en población general viene disminuyendo. No ha aumentado la cantidad de gente que bebe alcohol”, dice.
De acuerdo al Décimo Estudio Nacional de Drogas en Población General, en 2008 la gente que había consumido alcohol en el último mes era el 49,8%, cifra que se redujo a 40,8 en 2012. Algo similar ocurre en la población escolar.
Impuestos y restricción
Dentro de las medidas señaladas como razón de la disminución del consumo de alcohol en la Ocde, el informe menciona la atención de salud y educación a los bebedores, campañas para conducir sin alcohol, el alaza de impuestos y de los precios de las bebidas alcohólicas, además de la regulación de la publicidad.
Amarales señala que Chile está siguiendo las recomendaciones de la OMS en cuanto a aumentar los impuestos, campañas de educación y disuación.
El senador RN Francisco Chahuan, miembro de la Comisión de Salud menciona que el alza del precio de las bebidas alcohólicas por el incremento de los impuestos, es la mejor herramienta para bajar el consumo.
Chahuán es uno de los coautores del proyecto de ley que desde hace nueve años busca obligar a poner una advertencia sobre los riesgos del consumo en la etiqueta de las bebidas alcohólicas. “Este proyecto está pronto a ser discutido en la sala del Senado”, adelanta el parlamentario, incluso es probable que hoy se revise ya que estaba en el tercer lugar de la tabla ayer. “Creemos que la disminución del consumo debe una materia de política publica de salud, no solo por las pérdidas de vida humana y las más de 90 patologías asociadas sino también por la pérdida de años de vida asociados al consumo”, dice este senador.
Alcohol cultural
Para Octavio Avendaño, sociólogo de la U. de Chile, el alto consumo está relacionado a “la recreación de los chilenos” ya que “con pocos espacios de encuentro y vida cultural pobre, todo se centran en el alcohol, asados, fiestas, happy hours”, dice Avendaño.
De acuerdo al informe, las personas de mayor nivel socioeconómico y educación son más propensas a beber, pero cuando se considera “algún consumo de alcohol en los últimos 12 meses” son los hombres chilenos de estatus socioeconómico medio-bajo y bajo, los que tienen más probabilidades de haber bebido. Según Avendaño, en estos casos el alcohol es culturalmente usado para evadir la realidad, igual que las drogas.