Si solo se analiza el último trimestre disponible (febrero – abril 2015) se advierte que del total de trabajadoras asalariadas, un 20,4% no tiene contrato laboral y un 19,5% trabaja bajo condiciones de externalización.
Pese al crecimiento de la participación de las mujeres en el mercado laboral durante las últimas décadas, la calidad de la inserción laboral de este grupo es inquietante. En los últimos 61 meses, los puestos de trabajo femeninos han aumentado, sin embargo, un 76% corresponde a trabajos precarizados: asalariadas externas, trabajadoras por cuenta propia y empleo familiar no remunerado. Así lo revela el Informe de Calidad de Empleo de la Fundación Sol,publicado recientemente.
Si ponemos la lupa solo en el empleo asalariado de este grupo, se observa que en los últimos 61 meses, el 70% corresponde a empleo externalizado, es decir, modalidades de subcontrato, suministro o enganche de trabajadores. “El empleo externo es de bajo costo para la empresa y para la trabajadora, se traduce en bajos salarios y en grandes dificultades para defender colectivamente sus derechos”, explica Alexander Páez, sociólogo de la Fundación Sol. Adicionalmente, si solo analizamos el último trimestre disponible (febrero – abril 2015) se advierte que, del total de trabajadoras asalariadas, un 20,4% no tiene contrato laboral y un 19,5% trabaja bajo condiciones de externalización.
Las trabajadoras por Cuenta Propia también tienen una importante incidencia en el aumento del empleo total: un 27,5% corresponde a este grupo. En el último trimestre disponible, el 83,1% de las mujeres empleadas en este tipo de ocupación son trabajadoras por Cuenta Propia No Profesionales y Encadenadas Productivamente (se clasifican como Cuenta Propia, pero se encuentran encadenados a otra empresa, por ende, no son realmente autónomas). Se trata de ocupaciones de subsistencia y precarias, y no emprendimientos robustos e independientes.