El material particulado menor a los 2,5 micrones es el más perjudicial, y puede causar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedad cardiovascular, males respiratorios e incluso cáncer.
Entre el 11 de mayo y el 17 de junio, la Región Metropolitana ha vivido 20 episodios de alerta y dos de preemergencia ambiental. Asimismo, en el último tiempo, otras ciudades del país, como Coyhaique, Concepción, Temuco y Rancagua también han presentado niveles de polución considerados como poco saludables para las personas que ahí habitan.
Datos que cobran especial relevancia en momentos en que científicos estadounidenses advirtieron en un estudio que la contaminación del aire mata a diario a más personas que el VIH-Sida y la malaria juntos.
Según los investigadores, la polución provoca 3,2 millones de muertes prematuras cada año, de las cuales 2,1 millones pueden ser prevenidas si los países cumplieran con las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) referidas al material particulado.
Para realizar el estudio, los científicos se concentraron en el material particulado menor a los 2,5 micrones que, según señala el Ministerio del Medio Ambiente de Chile, puede ingresar hasta los alvéolos pulmonares y luego a la sangre. En este sentido, este tipo de material está asociado a un aumento en los riesgos de sufrir ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedad cardiovascular; males respiratorios, como enfisema, y cáncer.
El material particulado fino proviene de quemas, plantas de energía a carbón, automóviles, camiones, emisiones agrícolas e industriales, y uso de materiales combustibles como leña, etc.
Según Joshua Apte, profesor de la Universidad de Texas y director del estudio, la mayoría de las personas viven en áreas con concentraciones de material particulado muy superiores a lo recomendado por la OMS, esto es de 10 microgramos por metro cúbico, e incluso en zonas de India y China esa cifra supera los 100.
Con estos datos, los investigadores se plantearon el objetivo de diseñar un modelo global que ilustrara cómo ciertos cambios en cuanto a los niveles de polución, ayudarían a disminuir los riesgos de sufrir los problemas de salud asociados a ella y, en consecuencia, a bajar el número de muertes causadas por la contaminación del aire.
En este sentido, el equipo liderado por Apte pudo determinar que limpiar el aire en zonas poco contaminadas, puede beneficiar tanto como una medida similar adoptada en zonas con más polución.
«Estamos sorprendidos de la importancia de limpiar el aire no sólo en las partes más sucias del planeta, sino también en ambientes más limpios como Estados Unidos, Canadá y Europa», sostuvo Julian Marshall, profesor de la Universidad de Minnesota y coautor del estudio, el cual fue publicado en la revista «Environmental Science and Technology».
Marshall agregó que otro hallazgo importante de la investigación fue que, a raíz del envejecimiento de la población, los riesgos para la salud en muchos países aumentarán incluso si los niveles de polución se mantienen constantes. Esto se debe a que las personas mayores son más susceptibles a la contaminación del aire y están en mayor riesgo que los jóvenes de presentar problemas a la salud causados por ella.