Parlamentarios de la Alianza aspiran a que el texto sea «corregido» en su segundo trámite:

El debate fue tenso y, por instantes, polarizado. Este se extendió por más de trece horas, en las que hubo constantes interrupciones desde las tribunas.

Por RIENZI FRANCO y Antonio Collados.

Después de seis meses desde su ingreso, la Cámara de Diputados despachó anoche al Senado el proyecto de ley de reforma laboral del Gobierno.

Esta iniciativa se aprobó en general por 67 votos a favor, 42 en contra y una abstención. Sin embargo, en las normas que requerían quórum calificado -en este caso, 67 votos-, la propuesta se visó con un resultado ajustado: 68 a favor, 4 en contra y 38 abstenciones.

Asimismo, en la votación en particular todo su articulado se aprobó, excepto el artículo 361. Este se refiere a la «determinación de las empresas en las que no se podrá ejercer el derecho a huelga». Aunque la Nueva Mayoría estaba por aprobarla, le faltó un voto para alcanzar el quórum de Ley Orgánica Constitucional exigido, por lo que se rechazó.

El artículo señala que «no podrán declarar la huelga los trabajadores que presten servicios en corporaciones o empresas, cualquiera sea su naturaleza, finalidad o función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la población o a la seguridad nacional».

«No aprobamos la norma que establece las empresas propiamente tales (que no pueden irse a huelga), por lo que quedó un vacío ahí que habrá que reparar», sostuvo el diputado del PS Osvaldo Andrade. Así culminó el debate de dos días y más de trece horas distribuidas en tres sesiones. Esta discusión fue tensa y estuvo marcada por polarizados argumentos expresados en el hemiciclo por representantes de la Alianza y de la Nueva Mayoría.

El fin del reemplazo en huelga, el cambio en la redacción de los servicios mínimos en caso de huelga y el eventual impacto en la empleabilidad fueron algunos de los aspectos que mayor controversia provocaron en la sala.

Entre quienes rechazaron el proyecto estuvieron la oposición, Evópoli y Amplitud. El diputado de RN Nicolás Monckeberg expresó su aspiración en torno a que el Senado pueda «corregir el texto aprobado».

En una postura similar estuvo Patricio Melero (UDI), para quien esta «no es la reforma laboral que Chile necesita». Recordó que hará una «reserva constitucional por el articulado que hace referencia a la titularidad sindical».

Quien se manifestó a favor fue el diputado Pepe Auth (PPD), quien dijo que esta discusión, a su parecer, se restringe a la «igualdad de los trabajadores para disputar el excedente de lo que les corresponde como fruto de su trabajo».

Polémica por los servicios mínimos

Uno de los principales cambios que tuvo la reforma en su discusión en la Cámara fue la definición de servicios mínimos que deberían mantenerse en una empresa en caso de huelga.

En abril pasado, el Ejecutivo presentó una indicación que restringía el concepto de servicios mínimos, exigiéndole más requisitos y dándole un carácter aún más excepcional, pero después hizo un replanteamiento y, en junio, presentó una nueva indicación que flexibilizó el tema.

Según el abogado laboralista de Libertad y Desarrollo Sergio Morales, en la segunda indicación se moderó el concepto y se extendió a los casos en que hay necesidad de prevenir accidentes, garantizar la prestación de servicios de utilidad pública, o atender necesidades básicas de la población, explicó.

»Necesitamos que este proyecto sea equilibrado para que ayude a mejorar las relaciones laborales. Esto implica que avance de verdad en el fortalecimiento de los derechos de los trabajadores».
RODRIGO VALDÉS MINISTRO DE HACIENDA

»Queda un gran desafío: esperamos que los cambios que se han consolidado se puedan seguir profundizando y no se dé un retroceso en el Senado».
BÁRBARA FIGUEROA PRESIDENTA DE LA CUT

»Esta es una reforma que no incentiva el empleo, no genera más crecimiento… No es una buena reforma».
PATRICIO MELERO DIPUTADO DE LA UDI

»No aprobamos la norma que establece las empresas propiamente tales (que no pueden irse a huelga), por lo que quedó un vacío ahí que habrá que reparar».
OSVALDO ANDRADE DIPUTADO DEL PS