Índice de Gallup, basado en encuesta global, ranqueó a 145 naciones según sus avances en cinco puntos. Chilenos se autoperciben bien en lo social y físico, pero mal en lo financiero y comunitario.
Por Cristina Espinoza.
En una escala de 1 a 5, donde 1 es “fuertemente en desacuerdo” y 5 “fuertemente de acuerdo”: ¿le gusta lo que hace todos los días?. Para la mayoría de los chilenos la respuesta está más cercana al 5.
Según el informe Estado Global del Bienestar, preparado por la encuestadora internacional Gallup, Chile es el sexto país del mundo con mejores índices de bienestar. La pregunta mencionada correspondía al ítem “Propósito” (sobre motivación para lograr las metas), uno de los que fueron tomados en cuenta, además del bienestar social (relaciones afectivas), financiero, comunitario y físico.
De los cinco puntos, en tres Chile alcanzó a estar en los primeros lugares. Sólo el bienestar financiero y comunitario bajó el promedio.
Wenceslao Unanue, investigador de la Escuela de Negocios de la U. Adolfo Ibáñez, dice que, en general, Chile aparece en el tercio superior de este tipo de estudios, pero nunca tan alto, lo que atribuye fundamentalmente, a que se trata de un índice que captura datos subjetivos y ranquea en base al porcentaje de personas que están prosperando en tres o más ámbitos. “La palabra bienestar tiene muchas acepciones (desde la economía, la sicología). En este caso, son preguntas desde la subjetividad, que vienen a jugar un rol crucial al complementar datos ‘objetivos’, porque refleja lo que cada ciudadano siente y no lo que otros (gobiernos, etc.) piensan que ellos (as) sienten”, indica.
Panamá está en el primer lugar del ranking, le sigue Costa Rica, Puerto Rico, Suiza y Belice, mientras en los últimos lugares (145 en total), están Togo, Camerún, Bután y Afganistán. América en general, aparece con niveles de bienestar superiores a Europa.
Dan Witters, director de investigación de Gallup-Healthways Well-Being Index, dice a La Tercera que este bienestar, sin embargo, no es uniforme. “En el caso del bienestar financiero, la mayor parte de América Latina ranquea mucho más abajo en la lista, algunos al final de la lista mundial. Pero sí, en general, la región es muy fuerte comparada con el resto del mundo”, dice.
Witters explica que hay que distinguir el bienestar “evaluativo” del “experiencial”. El primero, cómo vemos nuestras vidas, mientras el segundo, cómo las experimentamos. “El Índice de Bienestar Global se enfoca en el bienestar experiencial y sus formas de medirlo. Se ha visto que los latinoamericanos tradicionalmente demuestran niveles más altos de bienestar experiencial, incluyendo alta positividad diaria. Esto provee una buena ilustración de cómo la riqueza de una nación, definida como el PIB o el ingreso anual no necesariamente refleja el bienestar de su ciudadanía”, asegura.
Chile actual
¿Tiene dinero suficiente para hacer todo lo que quiere hacer?, era una de las preguntas sobre bienestar financiero, donde Chile está peor ranqueado (49). Para Unanue, la gente percibe la desigualdad de ingresos y la precariedad de muchos trabajos, entre otros, y las preguntas en este ítem abordaban el estrés y problemas de salud mental.
“Respecto de lo comunitario (27 en el ranking), el capital social nuestro está ‘por el suelo’ con la crisis de confianza (en políticos, empresarios, etc.) y con los problemas de vinculaciones y de relaciones que tenemos en nuestra sociedad. Antes de los escándalos la confianza era una de las más bajas del mundo en Chile (29%), mientras que en los países con mayores niveles de bienestar llegaba al 80%”, explica.
Elisa Ansoleaga, académica de la Facultad de Psicología de la U. Diego Portales, dice que la percepción que las personas tienen sobre su bienestar se vincula tanto con cómo se sienten en la actualidad, como con su historia personal y familiar, y la evaluación puede verse más o menos influida por el escenario actual.
“Los datos nos muestran que la percepción sobre el bienestar en tres ámbitos ha mejorado, pero también nos muestra un mal desempeño en los ámbitos de comunidad. Las lecturas a estos datos pueden ser diversas, uno puede leerlos asumiendo que reflejan la situación de progreso de la sociedad chilena, al compararse con estadios previos de desarrollo, pero esta lectura parece disonar con el malestar y descontento que observamos cotidianamente en las calles”, dice.
Para Ansoleaga, hay que ser prudentes en el análisis de estos resultados, “toda vez que los promedios ocultan las enormes inequidades”, dice. “Los datos nos dicen que los chilenos perciben dificultades financieras y en el sentido de comunidad que afectan su nivel de bienestar. Lo cual está bastante más en sintonía con lo que apreciamos en el contexto nacional”, enfatiza.