Solo se controla a un vehículo a exceso de velocidad por cada 20 mil:

Fallecidos por accidentes de tránsito superan los mil al año desde 2000, mientras que Europa ha logrado reducirlos a la mitad.

Por SERGIO ESPINOSA.

En Chile, el exceso de velocidad fue la principal causa de las multas de tránsito cursadas por los carabineros el año pasado, con un total de 159.096. El problema es que de cada veinte mil pasadas de vehículos, solo se captura a un conductor por esta falta, cifra que se eleva a 25.000 en la Región Metropolitana, pero se mantiene el número de multados.

Eso equivale a una séptima parte de lo que ocurre en los países desarrollados, a los cuales nos estamos acercando en tasas de motorización.

Según los entendidos, esto no es porque los chilenos sean más respetuosos de los límites de velocidad, sino porque los controles de velocidad son tan aislados como esporádicos. «Es muy fácil en Chile sacar partes por velocidad, porque hay demasiados infractores», afirma el especialista en seguridad vial y académico de la UC Francisco Fresárd.

Y de ello responsabilizan a la autoridad, a la que acusan de no dar señales ni muestras de atacar la principal causa de accidentes viales. «Tenemos cifras, pero no hay una estrategia; hay acciones, pero no hay metas», apunta el ingeniero Milton Bertin.

Prueba de ello es que el número de fallecidos por accidentes de tránsito supera los mil anuales desde hace 15 años, mientras que Europa ha logrado reducirlos -en línea con las metas impuestas por la ONU- en un 45% entre 2000 y 2010, y para la actual década propuso disminuirlos en otro 50%. «En Chile, en cambio, no pasa nada. Es una década perdida», acota Bertin.

Ausencia de políticas

Una señal en ese sentido fue que el Gobierno le quitara urgencia al proyecto que crea el Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones (CATI), que, entre otras medidas, contempla el regreso de los fotorradares. Aunque no todos consideran que sea la solución al fondo del problema, no está en duda la efectividad del control electrónico de la velocidad, ya sea mediante cámaras automáticas o pistolas policiales.

«Las fatalidades podrían reducirse un 10% si se implementara un control efectivo. Es decir, salvaríamos del orden de 1.000 vidas en los siguientes cinco años», explica Frésard.

Otra señal desalentadora es que el proyecto de la nueva licencia de conducir con puntos, anunciada por la administración anterior y que debía estar operativa en agosto próximo, lleva un fuerte retraso, admiten en el Gobierno, «debido a la multiplicidad de organismos públicos y privados que deben afinarse para una correcta implementación» del documento.

«Tampoco estamos controlando bien las velocidades máximas. Los carabineros siempre se ubican en los mismos lugares, y como los conductores lo saben, bajan la velocidad, y después vuelven a subirla», expresa el especialista en seguridad vial Greg Speier

La secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), Gabriela Rosende, reconoce los problemas, y sostiene que el próximo mes se hará una evaluación de los últimos cinco años para obtener conclusiones que permitan reforzar políticas para cumplir el objetivo de reducir en 50% los siniestros viales: «Hay que diseñar una nueva estrategia, porque la actual tiene más de 20 años».

Cambios
Hay que diseñar una nueva estrategia, porque la actual tiene más de 20 años, reconoció Conaset.