Formato comenzó a implementarse hace un año, lo que fue impulsado por marcas de fast fashion.
Por María Marañón.
La industria del retail lleva cerca de un año implementando el modelo de autoatención, impulsado por las tiendas internacionales como H&M o Forever 21, que se enfoca en reducir el número de vendedores y potenciar los reponedores u ordenadores. Este nuevo esquema de trabajo ha reorganizado las funciones de los empleados y, de la mano, el modelo de su retribución, ya que ahora no reciben beneficios por comisión de venta, sino por otros factores.
Esta implementación se habría visto con mayor claridad en el área de vestuario.
La Confederación de Trabajadores del Comercio (Consfecove), que agrupa a sindicatos de todo el comercio, ha sacado números y calcula que la medida habría concluido con cerca de 7 mil trabajadores menos en el último año, dice Leandro Cortez, presidente de la asociación y de la federación de sindicatos Ripley.
Iván Campos, presidente del sindicato de La Polar, dice que se espera que en el tercer trimestre tenga operativos bajo este modelo de atención 22 de sus locales.
«A fines de 2013 hicimos una negociación colectiva con 3.600 trabajadores y hoy tenemos menos de 50%. Se nos han ido más de 700 personas por despidos de necesidades de la empresa», señala.
Explica que «antes un vendedor que tenía comisión llegaba a una remuneración promedio sobre $ 450 mil, con estos cambios iba a ganar un poco más del mínimo, por lo que la gente prefirió que le cursaran el finiquito», destaca. Esto habría pasado en varios retailers.
En Ripley, Cortez explica que en el año han disminuido la plantilla en cerca de mil trabajadores.
Carlos Maldonado, presidente de la Federación de Sindicatos de Falabella, señala que, según sus cifras, en el retailer los despidos habrían ascendido a unos 4.000 desde que se inició este modelo. «En promedio se habrá despedido al 30% del personal de cada tienda, que tienen en promedio unos 300 trabajadores y eso considerando que la federación sólo suma 48 establecimientos», señala.
«Hace mucho tiempo que se vienen concretando despidos de manera paulatina. Sólo en este último mes han dejado de trabajar más de 100 personas», dice Teresa Riquelme, dirigente de Hites.
Si se mira la dotación en los estados financieros en el primer trimestre de este año se advierte que en La Polar hay una diferencia de 707 trabajadores. En el conjunto de Falabella, en todos los formatos, el número de empleados disminuyó en 1.755 en doce meses. Consultada, Falabella Retail señaló que «la tasa de desvinculaciones durante este año ha estado en línea con la de años anteriores. Sus variaciones se relacionan con la rotación propia de esta industria y con la estacionalidad del calendario comercial del retail».
Mientras en Paris, de Cencosud, también se habrían iniciado desvinculaciones hace dos semanas, según explica Francisco Álvarez, presidente del sindicato Paris-Cencosud.
Autoatención: el nuevo modelo
El retail ha ido inclinándose lentamente hacia el modelo de autoatención, a diferencia de otros sectores como las bombas de bencina o los estacionamientos que no tienen cobrador. Sin embargo, es una de las tendencias que comienza a tomar vuelo, a semejanza de lo que ya está sucediendo en países más desarrollados o con algunas tiendas de fast fashion como H&M y Zara. El modelo de autoservicio implica que los clientes puedan hacer sus compras de manera independiente y más rápida.
En Chile, La Polar es uno de los retailers que va en esa línea y es parte de su modelo de reestructuración. La compañía cuenta con un plan que contempla reasignaciones de funciones de algunos colaboradores. La compañía ya ha introducido este cambio en, al menos, nueve de sus tiendas. Con todo, esto no implica que el modelo se vaya a desarrollar en todas las áreas de los establecimientos, puesto que se enfoca principalmente hacia las categorías blandas, como vestuario.
Así, el modelo de autoatención, que también se traduce en ahorro de costos para las compañías, necesita un cambio de hábito de los clientes, lo que no es tan fácil de lograr, sobre todo en Chile donde las personas están acostumbradas a interactuar con un sistema más personal que virtual.
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