El 71% de esa cifra corresponde a 13 de los 29 servicios de salud del país:
Un tercio del monto total corresponde a los laboratorios farmacéuticos, que acusan problemas de gestión de las autoridades, pues dicen que se trata de «un fenómeno sistemático».
Por René Olivares y Nadia Cabello.
En mayo, la ministra de Salud, Carmen Castillo, reconoció que la deuda hospitalaria se encontraba en plena alza y afirmó, como ejemplo de lo complejo del problema, que a fines de este año «podría llegar a los $200 mil millones».
En la práctica, el presagio se cumplió al mes siguiente: según los últimos datos entregados por la cartera a la subcomisión mixta de presupuestos del Congreso, a junio los compromisos pendientes de los hospitales públicos llegaron a la cifra récord de $207.844 millones. Y un 71% de dicha cifra se concentra en 13 de los 29 servicios de salud del país.
El origen de esta cifra se encuentra en compromisos vencidos -los que sobrepasan el plazo de 60 días que tienen los organismos públicos para pagar-, cuyos principales acreedores son los laboratorios farmacéuticos, las clínicas y los proveedores de insumos que permiten la continuidad de atención en los recintos. Consultados sobre cuánto se le debe a cada sector, desde el Ministerio de Salud aseguraron que están realizando un levantamiento de información más precisa, a la fecha, sobre la conformación de la deuda.
Las autoridades de Salud han manifestado que el abultamiento de la cifra -una constante durante los últimos cinco años- ocurre en gran medida porque los costos de las prestaciones para los hospitales públicos son mayores a lo que les transfiere Fonasa por ellas. Esto los lleva a reasignar recursos y endeudarse con sus proveedores.
Sin embargo, hay también un componente atribuible a la gestión de las autoridades, afirma Jean Jacques Duhart, vicepresidente ejecutivo de la Cámara de la Innovación Farmacéutica, que reúne a los laboratorios internacionales presentes en Chile. Solo a estas compañías se les adeudan $44.889 millones. «Las cifras muestran problemas serios de gestión, porque la deuda no es un fenómeno puntual en el tiempo, sino que hay un patrón sistemático», asegura.
Si se suma el resto de los laboratorios, la deuda con este sector llega a $66 mil, un tercio del total.
Según el ejecutivo, esto termina encareciendo todavía más los costos para el sector público, porque los laboratorios se resguardan subiendo el precio de sus productos: «El sistema se ajusta incorporando el costo financiero (de la deuda), y eso finalmente significa que el Estado está comprando mal».
La deuda registrada en junio es una cifra inédita: nunca se había pasado la barrera de los $200 mil millones. Y aunque se debe considerar que el aumento de presupuesto de los recintos durante los últimos años les permite un mayor nivel de endeudamiento, las cifras dejan al descubierto que pese a las crecientes deudas no ha habido un cambio relevante en cuanto a la resolución de las listas de espera (ver recuadro).
Alejandra Candia, directora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, explica que para entender la deuda hospitalaria «hay que mirar el panorama del sector en su conjunto, y lo que vemos es que hay una sobreejecución de los gastos tanto en personal como en bienes y servicios, donde se incluye la adquisición de productos farmacéuticos y la compra de prestaciones, por ejemplo». Proyecta que a fin de año el endeudamiento de los recintos asistenciales podría ascender a los $245 mil millones.
El sobregasto en esos ítems del presupuesto de Salud contrasta con lo que ocurre con el de inversiones -que se utiliza para construir infraestructura, como los 20 hospitales comprometidos para el período de gobierno- cuya ejecución en mayo llegó a solo 7,2%, $13.300 millones menos que en mayo de 2014.
Aporte
El Ministerio de Salud solicitó a Hacienda casi $100 mil millones para paliar parte de la deuda. Lista de espera de cirugías crece 14%
Pese a que los hospitales aumentan sus deudas, no se ve que ese mayor gasto esté implicando una reducción relevante de las listas de espera. A junio de este año, se contabiliza un total de 1.859.657 personas aguardando por su atención no AUGE, cifra levemente menor a la del mismo mes de 2014.
Al desglosar esa lista se ve que los pacientes que esperan por una consulta de especialidad han caído 2,4%, pero suben quienes aguardan por una cirugía y llegan a los 239 mil.
Alejandra Candia, directora del Programa Social de Libertad y Desarrollo, dice que «hay que reconocer que se está haciendo un esfuerzo por terminar con la lista de espera de mayor antigüedad, pero nuestra proyección es que, de continuar con la tendencia, a diciembre persistirán 22.108 pacientes en espera por una cirugía».
Además, dice que al priorizar un grupo de personas, se están descuidando otros: los pacientes nuevos y las atenciones AUGE. De hecho, los retrasos AUGE crecieron 80% en un año y sobrepasan los 10 mil casos. Y si históricamente el promedio de espera para esas atenciones era de 65 días, en junio fue de 86.