Ente emisor mantuvo ayer el tipo rector en 3%, pero puso un sesgo restrictivo:

Analistas piensan que antes de iniciar el proceso, la autoridad verá cómo evoluciona la inflación en los meses venideros, la señal de política fiscal en el Presupuesto 2016 y la decisión de la Reserva Federal.

Por LINA CASTAÑEDA.

En línea con el escenario central descrito en el Informe de Política Monetaria (IPoM), el Consejo del Banco Central señaló que la convergencia de la inflación a 3% anual requerirá reducir el elevado estímulo monetario actual, anticipando que «se prevé que este proceso comenzará en el corto plazo».

En la sesión de ayer, el Consejo mantuvo en 3% la tasa de interés de política monetaria (TPM) que se encuentra en ese nivel desde el 10 de octubre de 2014. Al mismo tiempo, cambió el sesgo neutral por una señal restrictiva en la política monetaria que ya había incorporado en el último IPoM al anticipar un posible inicio de alza de tasa a fines de 2015 o comienzos de 2016.

Analistas descartan mayores efectos en las tasas de interés de instrumentos de renta fija, toda vez que el mercado ya había internalizado esta decisión, aunque sí ven posible efecto en los precios de activos financieros y el tipo de cambio.

El Banco Central señaló que en el plano interno el IPC de agosto sorprendió al alza, especialmente por sus componentes más volátiles, llevando la inflación anual a 5%. La inflación subyacente, sin alimentos ni energía, no tuvo mayores sorpresas y las expectativas de inflación aumentaron en algunos plazos. Además, la actividad y demanda siguen débiles, los indicadores de confianza se volvieron más pesimistas y la creación de empleo privado y aumento anual de los salarios no presentan mayores cambios.

En el ámbito externo aludió a la volatilidad de los mercados financieros; los riesgos de la economía china; la incertidumbre por la próxima decisión de la Reserva Federal y el deterioro del escenario en la región, Brasil en particular.

«La sorpresa hubiera sido si hubiera subido la tasa», señala Patricio Rojas, socio de Rojas & Asociados, quien estima que la TPM podría tener un incremento en noviembre. Esta alza no sería significativa porque no responde a una inflación de demanda, sino a la necesidad de mantener ancladas las expectativas, señala.

La evolución del IPC en septiembre y octubre, más allá de la estacionalidad y la señal de la política fiscal en el proyecto de Ley de Presupuestos 2016, son temas que el Central deberá considerar antes de tomar su decisión, dice Rojas.

Según Felipe Ruiz, economista de Bci Estudios, el sesgo podría provocar impacto en los precios de activos financieros. «Esperamos que los elevados registros de inflación persistan en el corto plazo y el Banco Central concrete con alta probabilidad en octubre una primera alza en la TPM», augura. En el análisis de Euroamerica, es «altamente probable» que el alza sea en octubre, dado el corto plazo al que alude el comunicado del Central.

«No era mala idea haber subido la tasa ahora», dice Valentín Carrill, economista jefe y estratega para Latinoamérica de Principal International. Considera que ha habido errores en las proyecciones de inflación en los cuatro anteriores IPoM, en lo que estarían fallando los modelos de predicción, lo que se une a otro problema en el modelo para el cálculo del PIB potencial. Todo esto ha hecho sobrestimar la brecha deflacionaria, sostiene.

«La cantidad de dinero en la economía crece 15%, el crédito un 10% y el gasto de gobierno en 10%, y esos son factores inflacionarios. Los errores de estimación han llevado a una política monetaria demasiado blanda y es bueno que se haya dado la señal de alza de tasa», agrega.

Mantención
En los últimos once meses, la tasa de interés de política monetaria (TPM) se ha mantenido estable en 3% anual.