Este miércoles se cumple un año de vigencia de la norma que aumenta penas a quienes manejan con alcohol.
Por Carlos Reyes.
Este miércoles se cumple un año desde que la Ley Emilia entró en vigencia, aumentando sanciones a quienes provoquen accidentes de tránsito tras haber consumido alcohol. Para Carolina Figueroa, presidenta de la Fundación Emilia y madre de la menor fallecida por un accidente generado por un automovilista ebrio, la evaluación de esta norma es “positiva”, considerando que, según cifras de Carabineros, las muertes por este concepto disminuyeron en 20% desde la promulgación de la normativa. “Hay una gran cantidad de vidas que se han salvado por la aplicación de la ley”, dice Figueroa, quien solicita que el límite para conducir en estado de ebriedad, fijado hoy en 0,8 grados, disminuya a 0,3.
¿Qué cosas se deben mejorar de la Ley Emilia?
Hay cosas que solucionar, como la homologación de ‘bajo la influencia del alcohol’ con el ‘en estado de ebriedad’, para que ambos casos lo permitido sea 0,3 grados de alcohol en la sangre, que es una política de la OCDE para bajar el índice de muerte en los países desarrollados. Es algo que quedó al debe con la promulgación de la Ley Emilia y que estamos impulsando desde las familias en el Congreso, pidiéndole a los diputados que lo hagan. Ese es el gran paso.
Uno de los primeros condenados por esta ley, en Viña del Mar, fue sentenciado a nueve años de cárcel efectiva por dos delitos. Pero la Corte de Apelaciones de Valparaíso le rebajó la pena y cumplirá dos años de prisión efectiva.
Ese es un problema del sistema penal chileno, que es garantista. La mayoría de las penas no se están cumpliendo en cárcel. Me preocupa que los tribunales estén dando penas ejemplificadoras y después las Cortes de Apelaciones las bajen. Hay que modificar y modernizar el sistema penal en su conjunto. Los tribunales deben mantener el tipo de sanciones que establece la ley, no bajar las condenas sino que establecer precedentes.
A pesar de leyes como la de Tolerancia Cero, expertos estiman que existe cerca de un 20% de conductores que conduce y bebe.
Efectivamente hay un porcentaje de conductores que no entiende. Hay que avanzar en la generación de una cultura vial, esto es un trabajo de mediano a largo plazo. Y prefiero enfocarme en eso y en la base que da la Ley Emilia para poder promover otras campañas de cultura vial, de sensibilización, y seguir disminuyendo las cifras de muertes.
¿Entonces es importante fomentar la seguridad vial en los colegios?
Nosotros realizamos una serie de talleres de sensibilización a escolares. Creo que el trabajo con los niños es vital. También lo es sensibilizar a los padres. Apostamos por los niños, porque es la generación que en 20 años más será la de conductores más responsables.
¿Cree que se debiera aplicar la Ley Emilia a los ciclistas?
Aquí hay que ser súper claros. También hay peatones que producen accidentes porque van en estado de ebriedad por la berma. Hay que hacer estudios respecto al impacto de los ciclistas y la conducción bajo la influencia del alcohol o en estado de ebriedad, pero también en peatones.