Alza en los costos, que no estarán asociados a productividad, implicará que se impulsen mecanismos de disminuir la venta asistida.

Por María Marañón.

Después de meses de silencio en medio del debate suscitado a raíz de la reforma laboral, la Asociación de Supermercados de Chile sale al paso para advertir de los impactos que podría generar en el crecimiento y operatividad de esta industria la nueva legislación.

Susana Carey, presidenta del gremio y consejera de Sofofa, cataloga los cambios propuestos como un «retroceso» y hace énfasis en el complejo escenario y la pérdida de competitividad e innovación que generará en esta industria, que el año pasado movió del orden de US$ 15.000 millones.

-¿Qué opinión tiene de la reforma, tras las indicaciones ingresadas?
-Parece una reforma hecha por académicos que no han tenido la experiencia laboral del día a día, y que están buscando siempre el abuso, porque no considera el dinamismo y la diversidad de situaciones laborales. El impacto que puede tener esta reforma no lo podemos ni imaginar pero hay algunos ejemplos. Me preocupan sobre todo las ausencias que tiene este proyecto, entre ellos, los conflictos de la judicialización que va a traer.

-¿Qué implicancias tendrá en los supermercados?
-Va generar un aumento de remuneraciones que no está asociado a productividad, lo que es poco sustentable en el tiempo y va a generar un impacto en los trabajadores y el proceso productivo. Por algún lado las empresas van a tener que ajustarse para seguir haciendo lo mismo y no traspasar a precios estos costos. Vamos a tener que buscar eficiencias para poder hacer frente a estas presiones que van a generar una dificultad en la operación diaria.

-¿En qué se traduce en la práctica esta búsqueda de eficiencias?
-Si se hace más complejo administrar personal, se empiezan a evaluar proyectos hacia la automatización de procesos o disminución de la venta asistida y poner más los productos en góndolas. Aparecen proyectos que antes no se consideraban atractivos. Hay alguna experiencia que ya se está evaluando.
Además, si no puedes cambiar a las personas de lugar y contratar ante una negociación colectiva, la operación diaria, sobre todo cercana a un periodo peak de ventas, va a tener un impacto importante.

-¿Qué otros ejemplos de estas dificultades diarias generará?
-La indicación reciente, por la que se prohíbe la contratación 30 días antes de una negociación colectiva, no toma en cuenta que una empresa puede tener sucesivas negociaciones y estar hasta seis meses de prohibición de contratación para evitar un supuesto abuso de reemplazo en huelga, pero ¿qué pasa con el resto de situaciones, como cuando hay que contratar por rotación o por pre y post natal?
Otro ejemplo son los servicios mínimos. Es muy difícil definirlos si el mercado es muy dinámico. Tampoco la reforma considera que las empresas son diversas. Es muy distinto declarar servicios mínimos en una comuna con 50 supermercados que en un pueblo con poco abastecimiento y donde el comercio pequeño no da abasto… Lo vimos en el terremoto de Illapel. Con dos días de feriado irrenunciable hubo que hacer un montón de gestiones porque había un problema de abastecimiento real.

-Con toda esta presión, ¿la reforma afectará la rentabilidad del sector?
-Por supuesto, va a tener un impacto. No estamos en crisis o en recesión, estamos en la mediocridad en términos de crecimiento, pero también nos vamos a quedar en la mediocridad en términos de desarrollo. Nos estamos quedando atrás en competitividad, que es un tema de costos, pero también de cómo generamos nuevos productos, servicios, ya que el costo va a estar en cómo ahorramos, cómo somos más eficientes.
Estos cambios se atribuyen también a las reformas tributaria y sindical, al aumento del costo de trabajar los domingo en el comercio, más los proyectos de ley de polifuncionalidad y la ley de subcontrataciones, más la ley del Sernac, el reglamento de etiquetado, la responsabilidad extendida del productor, el proyecto de ley que aporta los espacios privados de las inmobiliarias, el tema los estacionamientos…

-No se advierte un buen escenario del sector a futuro…
-El panorama se ve complejo o, poniéndolo en positivo, súper desafiante. Como industria tenemos que abastecer responsablemente a la población, pero si el foco está puesto en implementar estas reformas, ¿dónde queda espacio? Todo lo que está pasando en el mundo en nuevas formas de atención, tecnologías y logística, asociadas a entregar productos a los hogares, a hacer más expedito el paso por caja… está quedando bastante rezagado. Nos estamos quedando atrás en innovación, en nuevos servicios, en nuevos productos… También el reglamento de etiquetado va a limitar mucho la innovación.

-¿Considera que todas estas incertidumbres van a afectar el crecimiento?
-Yo diría ya que son certidumbres que estoy cierta que van a limitar las posibilidades de desarrollo del país y del sector.

SÓLO 5 NUEVOS LOCALES EN 2015

Carey, enfática con los efectos que tendrá en el crecimiento del sector, recuerda que la cantidad de locales que se han instalado en los últimos meses en el país se ha reducido de forma considerable a pesar de que todavía existen espacios para nuevas aperturas.

Si se revisan los establecimientos abiertos en lo que va de año, hasta agosto, se contabilizan sólo cinco nuevas aperturas, totalizando 1.410 supermercados frente a los 1.405 con los que cerró la industria el 2014, según datos del INE. En promedio, dice la representante de la Asach, el promedio anual oscila entre 50 a 100 nuevas operaciones.

«La tendencia en los últimos años ha sido abrir locales más pequeños, más competencia a nivel de barrio. Hay una mayor penetración y hemos alcanzado niveles bastante altos de penetración, pero todavía estamos detrás de los países más desarrollados en cuanto a número de locales por habitante, todavía hay espacios de crecimiento en regiones», explica sobre los niveles de saturación de la industria a los que se han referido empresas del rubro.

De hecho, cuestionada sobre si, tomando en cuenta la debilidad de las inversiones el magro escenario que generarían las reformas, existiría mayor atractivo en potenciar la presencia en otros países, reitera: «Si las empresas ya están en otros países y cuentan con socios, no es una decisión tan drástica invertir en otro país. Las decisiones así, entre abrir un local en Chile o en Perú, son marginales».

Cabe recordar que las ventas de supermercados de agosto crecieron 0,2% respecto del mismo mes de 2014, después de registrar un alza del 4,1% en el mes anterior.

Mirado por regiones, las ventas subieron en diez de ellas y descendieron en Tarapacá, Coquimbo, Magallanes, Maule y Atacama, teniendo ésta el mayor descenso, 3,6%, y Aysén, la mayor alza, del 7,7%.