Inactivos en edad de desempeñar tareas rentadas:
En total, hay 5.821.900 chilenos afuera de la fuerza de trabajo, los que no figuran como desocupados. En el mismo trimestre de 2011, ese grupo llegaba solo a 5.421.030 personas.
Por Pablo Obregón C.
Contra todo pronóstico, la desocupación se mantiene a raya. Es más: en el trimestre junio-agosto, disminuyó una décima respecto del mismo trimestre de 2014, ubicándose en 6,5%. ¿Es que el mercado laboral es inmune a la desaceleración económica que experimenta el país y que lo tiene creciendo a tasas de 2%? se preguntan algunos analistas, empresarios y políticos, que, incluso, han puesto en duda las cifras del INE en esta materia.
Tanto, que en junio la comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados citó a la directora de esta entidad, Ximena Clarke, para explicar la metodología de trabajo del instituto en esta materia.
El tema no desapareció de la agenda, y en una actividad en la Universidad Santo Tomás, Clarke volvió a entregar detalles sobre la situación del empleo y los mecanismos de medición: «Las definiciones y metodologías que usamos están mandatadas por organismos internacionales. No son invenciones que hace el INE. Acá no ha habido cambios metodológicos, como por ahí se anda comentando», indicó en esa oportunidad. Agregó que algunas variables tienen más precisión que otras, pero que eso no implica poner en cuestionamiento la precisión estadística de la tasa de desempleo.
Inactivos aumentan 7,3%
Sin embargo, detrás de las cifras gruesas de desocupación subyacen datos que demuestran que el mercado laboral está lejos de la inmunidad: en los últimos cuatro años, el número de personas inactivas -aquellas que teniendo edad para trabajar no lo hacen, y tampoco buscan empleo- creció 7,3%. Esto significa que en cuatro años se sumaron 400.870 inactivos, que, aunque no tienen una actividad remunerada, no engrosan las cifras de desocupación.
En total, hay 5.821.900 chilenos que no trabajan ni buscan trabajo, mientras que en el mismo trimestre de 2011, ese grupo llegaba a 5.421.030 personas.
¿A qué responde este fenómeno? A que en periodos de baja actividad económica se produce un fenómeno de «desesperanza aprendida» entre las personas que al no conseguir trabajo por un periodo prolongado, dejan de buscar, y se retiran del mercado laboral. Esto, a la espera de que las condiciones económicas mejoren. Solo entonces vuelven a buscar empleo y vuelven a ingresar a la categoría de desocupados, y no de inactivos.