Entre enero y octubre de este año se realizaron 20 intervenciones menos que en 2014 en igual fecha:
Ministerio de Salud explica que cada vez los donantes son más adultos y enfermos, lo que hace que de ellos se puedan trasplantar menos órganos.
Por Nadia Cabello.
El envejecimiento de la población y la presencia de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y el colesterol alto son dos factores que van en plena alza en el país y, según lo han expresado las autoridades del Ministerio de Salud, lo hacen mucho más rápido de lo que se esperaba hace una década.
Esto pone desafíos al sistema sanitario no solo porque requieren más cuidados y más inversión, sino también porque esta condición epidemiológica de la población chilena está afectando en otros aspectos.
Y uno de ellos, en el que ya se ven consecuencias, es el sistema de trasplantes de órganos. Los últimos datos disponibles en el Ministerio de Salud muestran que entre enero y octubre de este año se han hecho 270 trasplantes de órganos en el país.
La cifra es menor a la alcanzada en el mismo período de los últimos tres años, cuando fueron 290 las intervenciones hechas. Y lo que llama la atención, es que en los últimos dos años hubo prácticamente la misma cantidad de donantes de órganos: 101 en 2014 y 100 en 2015.
Cómo está funcionando el sistema de trasplantes es un tema que también ha preocupado a los parlamentarios quienes pidieron a Salud transparentar la información sobre la lista de espera para conseguir un órgano.
Y a través de un oficio Salud respondió a la Cámara de Diputados que al 30 de septiembre eran 1.851 las personas en lista de espera. Además, reveló que en promedio, en los últimos tres años, 82 personas fallecieron esperando un donante de órganos.
Una de las para la caída de trasplantes, la da el Coordinador Nacional de Trasplantes del Ministerio de Salud, José Luis Rojas, quien explica que «si bien no hay una relación lineal entre la cantidad de donantes y los trasplantes, nosotros siempre apuntamos a que de cada donante podamos usar la mayor cantidad de órganos posible. Pero lo que estamos viendo es que cada vez tenemos donantes de edad más avanzada o personas con más patologías de base».
Es un cambio del perfil del donante de órganos que se comienza a observar. Hasta hace algunos años la mayoría de estos correspondía a adultos jóvenes víctimas de accidentes de tránsito o traumatismos severos y que sufrían muerte cerebral. Pero hoy se comienza a observar que cada vez más los donantes corresponden a personas mayores que son enfermos crónicos víctimas de accidentes cerebrovasculares.
Eso, señala Rojas, hace que dadas las patologías desarrolladas por el donante muchas veces no todos los órganos se puedan utilizar para un trasplante. Por ejemplo, en el caso de las personas que sufren de obesidad generalmente desarrollan hígado graso y ese órgano, finalmente, no está en condiciones de ser donado.
Concuerda con Rojas la presidenta de la Corporación del Trasplante, Anamaría Arriagada, quien dice que «la edad de los donantes va aumentando rápidamente y con ello disminuyen las posibilidades de hacer más trasplantes, porque son donantes menos ideales. Generalmente sus órganos sirven para trasplantarlos en personas de la misma edad, lo que comienza a limitar la llegada a pacientes más jóvenes».
De un donante ideal se pueden extraer y hacer trasplantes de hasta 7 órganos -dos riñones, dos pulmones, corazón, páncreas e hígado-, pero la edad es una limitante en algunos de ellos, por ejemplo, en el caso del corazón, este se puede trasplantar a un paciente de edad similar al donante por su tamaño.
«Corazón y pulmones son los órganos más sensibles y que requieren de un donante que haya tenido una vida más sana. Por eso, también, generalmente son los órganos más complejos de conseguir», dice el especialista de la Red de Salud UC Christus, Pedro Becker.
De todas maneras, Anamaría Arriagada plantea que hay otros factores que podrían influir en la disminución de trasplantes de órganos experimentada este año. «Uno no podría descartar que está habiendo un mal manejo», sostiene y argumenta que «los trasplantes son una de las actividades más complejas que se realizan en un hospital. Entonces, cuando hablamos de que la salud pública está en crisis, con falta de especialistas, de recursos, claro que el programa de trasplantes de los hospitales es uno de los que primero se resienten», dijo.
A eso, dicen los expertos, hay que sumar otro factor que es la negativa familiar a donar los órganos de sus deudos que se mantiene cercana al 50%.
Necesidad
Riñones e hígados son los órganos que más pacientes en lista de espera acumulan.
«Hoy la edad promedio de los donantes es cercana a los 44 años, pero dadas las condiciones del país, es algo que va a seguir aumentando».
JOSÉ LUIS ROJAS
Coordinador Nacional de Trasplantes
«Además de mejorar la institucionalidad de trasplantes en el país, esto demuestra que se tiene que trabajar en la promoción y prevención».
ANAMARÍA ARRIAGADA
Presidenta Corporación del Trasplante
Niños siguen esperando un donante para sobrevivir
«Un corazón para Monse», «Dale vida a Cris» y «Un corazón para Cristóbal» son frases que durante los últimos meses han estado permanentemente presentes en las redes sociales. Todas ellas buscan crear conciencia para lograr conseguir un donante de órganos.
Monserrat Sarmiento (6 años) es prioridad nacional para trasplante de corazón, producto de una cardiopatía congénita. Está internada en el Hospital Clínico de la Red de Salud UC Christus, donde le fue instalado un corazón artificial. «Está en buenas condiciones y la vamos a dar de alta los próximos días», cuenta su médico tratante, Pedro Becker. Eso sí, explica que «va a requerir varios cuidados. Su familia se preparó y han hecho arreglos en su casa para recibirla. El corazón artificial le dará más tiempo para conseguir un donante, porque lo sigue necesitando».
Al sur de la capital, en el Hospital Sótero del Río, Cristóbal Ferrada (14) también espera por un corazón, dado que sufre una miocardiopatía dilatada restrictiva.
En Clínica Las Condes está Cristóbal Gelfenstein (14). Él requiere un trasplante bipulmonar a raíz de su hemangeomatosis capilar pulmonar; y, a la fecha, ha requerido varias intervenciones para optimizar el corazón y pulmón artificiales que lo mantienen vivo. En la clínica explican que se mantiene estable y «si bien no está en riesgo vital, sigue con urgencia requiriendo un pulmón lo más rápido posible».
Como ellos, otras más de 1.800 personas están en lista de espera aguardando por un órgano que les permita vivir.