“Si estoy en lo correcto, el precio del cobre probablemente recibirá un fuerte golpe”, advierte el experto.
Por Renato García.
Las voces que advierten sobre el deterioro de las perspectivas para la economía global han aumentado en los últimos meses. Pero cuando un economista como Willem Buiter afirma que se avecina una nueva recesión mundial el próximo año nadie queda indiferente. Como economista jefe global de Citigroup y ex miembro del Banco de Inglaterra, pocos se atreverían a descartarlo como alarmista.
Pero la advertencia de Buiter va más allá de un posible riesgo. La recesión global es de hecho el escenario base que ahora maneja el economista de la Universidad de Yale, con una probabilidad de 55%. Este escenario contempla que el crecimiento mundial caiga bajo su tasa potencial de 3% para llegar cerca de 2% a mediados de 2016 y se mantenga cerca de esos niveles por alrededor de un año.
El detonante de la crisis serían los países emergentes, como Rusia y Brasil, pero especialmente un aterrizaje forzoso en China. Lejos de la tasa oficial cercana a 7% que declara Beijing, Buiter estima que el crecimiento real de la potencia asiática actualmente está cercano a 4% y que se hundirá a 2,5% para mediados del próximo año. Las autoridades chinas, advirte, no han sabido reconocer que el país atraviesa un ajuste cíclico de la demanda y las medidas anunciadas hasta ahora no abordan los problemas de fondo de exceso de capacidad y alto endeudamiento.
La debacle en China impactará al resto del mundo, incluidas las economías desarrolladas, vía comercio, luego de que el gigante asiático pasara a representar 14% del intercambio mundial el año pasado. En este contexto, los grandes bancos centrales han agotado sus herramientas monetarias, con las tasas aún en mínimos históricos, y los políticos se niegan a recurrir a su arsenal fiscal debido al elevado endeudamiento.
– Su pronóstico se basa en gran medida en los problemas de países emergentes como Brasil. ¿Cómo va a afectar este escenario a otros emergentes en Latinoamérica?
– Los exportadores de commodities están siendo muy golpeados porque los precios de los commodities han caído en forma dramática y no se ve un repunte fuerte en el mediano plazo. Muchas de estas economías emergentes además son ahora más frágiles financieramente, tras siete años de fuerte endeudamiento del sector privado, especialmente del sector corporativo, en los mercados internacionales. Las tasas de interés estaban en mínimos históricos y todos pensaron que las monedas locales nunca se iban a depreciar de manera significativa frente al dólar. Ahora que los tipos de cambio han caído y la carga real de pagar deuda externa ha aumentado, va a ser más difícil renovar vencimientos de corto plazo, y todo eso significa flujos de salida de capital de los mercados emergentes hacia los países más seguros, principalmente EEUU pero también Reino Unidos, la eurozona e incluso Japón. Estas depreciaciones de las monedas emergentes y la apreciación en las economías desarrolladas, son en el mejor de lo casos un juego de suma cero, porque hacen más daño en los países que pierden competitividad que bien en los que países que ganan competitividad.
Economías como Rusia y Brasil obviamente están sintiendo el impacto de China pero las crisis también tienen causas locales. Rusia tiene las sanciones internacionales y Brasil sufre un grave problema de política fiscal y un masivo problema político que está causando parálisis, así que no se ve una mejora en el mediano plazo.
– Chile ha pasado algunos años difíciles. ¿Ante este escenario se podría decir que para el país todavía no ha pasado lo peor?
– Si mi pronóstico es correcto, los precios de los commodities van a caer aún más. Si el consenso está en lo cierto, y el crecimiento global toca fondo, las cosas no van a seguir empeorando para los precios de los commodities, pero tampoco van a mejorar significativamente, porque todavía hay mucha oferta entrando al mercado, así que los productores de commodities como Chile van a seguir operando en un ambiente externo muy adverso, donde los fondos externos se van a volver más escasos y costosos, al mismo tiempo que los términos de intercambio de los commodities se vuelven contra ellos y la demanda absoluta por sus exportaciones declina. Además de eso, hay factores internos, situaciones políticas que afectan la demanda interna más allá de los factores externos.
Chile ha sido destacado históricamente como una de las economías mejor manejadas. Ahora está en el foco de esta tormenta en particular, aunque financieramente no es tan vulnerable como algunos otros mercados emergentes.
– ¿Cuánto más puede seguir cayendo el cobre?
– Si yo estoy en lo correcto y se produce una mayor caída del crecimiento mundial, especialmente en China, entonces el precio del cobre probablemente podría recibir un fuerte golpe. E Incluso si el crecimiento global como un todo se estabiliza, si China se debilita mientras otros consumidores menos intensivos de commodities se fortalecen, el efecto neto en los precios de los commodities igual podría ser negativo. Es la composición del crecimiento global lo que se ha vuelto en contra del cobre, y no es probable que eso cambie pronto.
– ¿Cuánto influyen en el caso de Chile los factores internos?
– Aunque yo no elaboro reportes sobre Chile ni me considero un experto sí sigo atentamente lo que ocurre en el país. Claramente el cambio en la dirección de la política que ha realizado la presidenta Bachelet es un factor que ha golpeado la confianza en algunas partes de la economía, lo que se viene a sumar a los factores adversos a nivel externos. Estos cambios no están siendo bien acogidos por la comunidad empresarial. Eso es bastante obvio. Al igual que en el caso de Brasil, en Chile también hay un fuerte componente interno.
– ¿Cómo afectaría en este punto un alza de tasas de la Fed?
– Creo que los efectos van a ser mínimos. A pesar de la política de comunicaciones muy confusa de la Fed en lo últimos años, los mercados han asumido que la primera alza de tasas va a ser en diciembre y si fuera postergada no sería un alivio sino una señal de confusión. Además todos saben ya que esta alza no va a ser el primer paso en un incremento acelerado sino de un ajuste muy lento y dudo que veamos la tasa llegar a 2% antes de que golpee la próxima recesión y luego tendrá que ser recortada nuevamente.
Esto va a afectar a los mercados emergentes más frágiles y Chile no es uno de ellos.
Aterrizaje Forzoso en China
La cifra de crecimiento del PIB de 6,9% en China está lejos de la realidad, según Buiter, que la estima más bien en alrededor de 4%. Aún así, usando los datos oficiales, señala que una desaceleración a 5% ya podría considerarse un «aterrizaje forzoso». En cualquier caso, el economista jefe global de Citi cree que el PIB bien podría frenarse a un rango entre 4% y 4,5%.
Buiter advierte que las autoridades chinas no están afrontando el problema de fondo de la economía. Su receta sería un gran estímulo fiscal financiado no a través de los bancos sino a través del gobierno central, la única entidad de gobierno que tiene bolsillos realmente profundos y luego monetizado al banco central. Este estímulo fiscal debería estar enfocado principalmente al consumo público y privado.