«¿Sabes que soy la única ministra que ha sido interpelada y además acusada constitucionalmente en 25 años?», dice para graficar lo revueltos que han sido sus últimos meses la ministra de Salud, Carmen Castillo, quien el miércoles sorteó la acusación constitucional en su contra, presentada por diputados opositores. Porque a la responsabilidad propia del cargo se sumaron desde septiembre las preparaciones para dar respuesta a los requerimientos del Congreso.

Dice que entiende que la oposición reclame por lo que define como las «áreas más exigidas» del sector, como las inversiones en hospitales, la deuda de estos, las listas de espera, pero plantea la necesidad de trabajar en conjunto, «y no enfrentándonos».

Igualmente, Castillo afirma estar llena de energía, de planes y proyectos para la cartera a partir de este «segundo tiempo» propio que partió luego de la acusación. Dice creer firmemente en que «tenemos muchas cosas buenas en el sector y creo que no hemos sabido darlas a conocer con la fuerza que hubiéramos querido», y ejemplifica con el fondo de farmacia para cubrir remedios contra males crónicos.

Pero de cara a lo que viene, Castillo detalla que «el Ministerio de Hacienda nos ha ido permanentemente comunicando que cada vez las restricciones económicas son más importantes para todo el Gobierno, y nosotros somos el 16,6% del presupuesto para todo el país».

Aún así, hay un abanico de proyectos, como el de reforma a las isapres, que está «casi listo», aunque no irá al Congreso antes de fin de año como se había comprometido, sino que se enviará a la Presidenta para su definición.

También explica que el modelo para gestionar las inversiones en hospitales cambiará, para replicar una estructura similar a la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios, que funcionó hasta los años setenta, de manera que esta se encargue de construir los recintos a partir del próximo Gobierno, debido a la gran necesidad de infraestructura de salud que seguirá habiendo las próximas décadas.

Respecto de la construcción de los recintos en este gobierno, dice que 2016 será un año clave para poder dejar avanzados los hospitales que deben quedar «en construcción», y responde con un «todavía no» cuando se le pregunta sobre la definición del nuevo jefe del área de inversiones. Y sobre el nuevo subsecretario de Redes Asistenciales (cargo vacante desde noviembre), responde igual, pero asegura que espera que la Presidenta decida antes que termine el año.

Además, cuenta que ya están avanzadas las negociaciones con los distintos países de Unasur, Mercosur y con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para la compra de medicamentos para dar cobertura a la ley Ricarte Soto, como también para que las farmacias comunales obtengan precios más bajos.

Así, la ministra de Salud, la peor evaluada del gabinete según la encuesta Adimark, espera lograr las metas impuestas para este año, y un 2016 de transformaciones en salud, mientras la oposición analiza si la acusa constitucionalmente otra vez.

 

Fuente: El Mercurio