En columna del jueves, Ricardo Bitrán asevera que de no existir medidas favorables a las isapres su quiebra será inevitable.
Llama la atención que sea el Estado el que tenga que ayudar a privados a subir sus cobros de manera unilateral y poco competitiva. Nuestros tribunales han sido contundentes en hacer respetar la misma ley que regula dichas arbitrariedades. De ahí que parece al menos sesgado que se apremie la regulación del reajuste de dichas primas, que seguramente permitirá su alza -nuevamente- de manera unilateral y poco competitiva, pero ahora legal.
Es curioso que recién ahora nos demos cuenta de que temas como la salud y la educación son bienes tan importantes, que no pueden estar confundidos con intereses económicos. Lo más importante de las isapres debiera ser la salud de las personas. Luego, el rédito que de ello derive legítimamente. Si las isapres actúan de manera arbitraria, justo es que sean condenadas. Hay que evitar en salud, lo que ocurrió en educación con la Universidad del Mar. Y eso se hace dotando de más competencia, información y participación a todos los actores.
Carta al director de Gonzalo Vidueira Mociño
Fuente: La Tercera