En enero próximo se cumplirán dos años desde la entrega de la primera etapa de la denominada Torre Valech, una obra de tres pisos construida en el sector suroriente de la ex Posta Central, con casi $ 7.000 millones donados por el obispo emérito Sergio Valech al Estado de Chile.
El compromiso era que, una vez terminada la obra gruesa, el Ministerio de Salud se encargaría de habilitar el edificio, destinado a modernizar y ampliar la atención médica del Hospital de Urgencia Asistencia Pública.
“Era un proyecto súper anhelado por don Sergio antes de morir”, explica Rafael Guillier, gerente general de la Fundación Los Cedros, organismo encargado de administrar la herencia que dejó el sacerdote defensor de los derechos humanos tras su muerte, en noviembre de 2010.
Guillier explica que el último gran proyecto de Sergio Valech fue donar los dineros para que se hiciera “un edificio completo, cuyo presupuesto original consideraba un edificio listo para funcionar”. Su objetivo era “atender a la gente que está siempre ahí, en las salas de espera, sin capacidad de atención”, agregó.
Tras conversaciones entre el prelado y personeros de Salud, se llegó a la conclusión de hacer un edificio más grande, donde se ocuparían los dineros donados por él en una primera etapa, mientras que la segunda quedaría a cargo del Estado.
Paralización
Sin embargo, a casi dos años de entregadas las obras, el edificio se muestra como un elefante blanco, sólo con su armazón de hormigón, sin nada en su interior y a la espera de ser habilitado.
Según explica el director del Servicio de Salud Metropolitano Central (SSMC), Jorge Martínez, existieron varias razones que generaron la paralización.
“Uno de esos aspectos fue que el diseño original había sido modificado, del cual se eliminaron camas y se aumentaron estacionamientos, además de un nuevo helipuerto”.
Martínez explica que, incluso, había elementos técnicos que no se condecían con el diseño de un hospital: “Como por ejemplo, en la UCI había una cocina”. Esto llevó a modificar el diseño de la obra, para incluirla en la planificación de la segunda etapa.
Otro factor que influyó fue que el contrato de la primera etapa no fue tomado debidamente de razón por la Contraloría, lo que demoró aún más las gestiones.
Una vez resueltos esos dos puntos, el servicio de salud llamó a una licitación, en mayo de 2015, a la cual no se presentaron oferentes. En agosto pasado el organismo hizo un segundo llamado, que tampoco tuvo éxito.
Eso gatilló, según Martínez, a realizar una reevaluación económica para aumentar el presupuesto de $ 17 mil millones que ofrecía el Estado a $ 23 mil millones, ofertado por las empresas. Esto significó un alza del m2 de 42,80 UF a 60 UF.
“En noviembre la Dirección de Presupuesto aprobó la evaluación económica y asignó estos recursos”, agregó.
Posteriormente, como había dos licitaciones desiertas y para evitar más dilaciones, el servicio decidió hacer un trato directo con la empresa Pecsa (Promociones Edificios y Contratos S.A.).
El contrato se encuentra actualmente en la Contraloría, para su toma de razón. “Esperamos que en los próximos días se tome razón, lo que nos permitiría adjudicar las obras”, aclaró Martínez.
Esta acción que debe ser resuelta pronto, ya que se trata de recursos contemplados en el presupuesto 2015 del Minsal. Las obras contemplan terminaciones del edificio y mitigaciones viales, entre éstas, “la habilitación de seis pabellones, 24 camas UCI, conexión entre los edificios existentes, y el helipuerto, que se mantendrá”, añadió Martinez, aludiendo las obras que se espera concluir durante el primer semestre de 2017.
El presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la ex Posta Central, Carlos García, denunció algunas falencias que tendría la torre.
“El retraso es enorme y la construcción es pésima. Durante las lluvias de invierno la torre se llovió en todos sus pisos. Se supone que es una construcción nueva, moderna, y en realidad es desastroso lo que ocurre ahí”, indicó García.
Fuente: La Tercera