El nuevo plan de descontaminación de Santiago, para bajar los índices de material particulado fino PM 2,5, comenzó a tomar forma. El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, junto a sus pares de Transporte y Salud, Andrés Gómez-Lobo y Carmen Castillo, además del intendente Claudio Orrego, impulsaron el proceso de consulta del plan Santiago Respira. Según se anunció, el plan -que contempla una serie de medidas para diversos sectores económicos, como las industrias y el transporte público y privado-, tendrá un costo total de US$ 1.686 millones en diez años. De ese monto, se prevé que unos US$ 1.517 millones deban ser financiados por privados.
«Cada una de las medidas tiene un costo que es privado y que es público. El sector privado tiene de los costos el mayor porcentaje, del orden de 90% en estos diez años pertenecen a ese sector», dijo Badenier.
Se estima que los beneficios netos que generarán estas medidas, en valor presente, sumen unos US$ 6.022 millones.
Medidas para las industrias Entre las medidas que se sometieron a consulta pública -proceso que se extenderá hasta el 30 de marzo-, hay una serie de disposiciones para el sector industrial de la capital. Esto incluye nuevas y más exigentes normas de emisión, así como auditorías internacionales para declarar emisiones de diferentes tipos y un sistema de monitoreo para acreditarlas.
En ese sentido, uno de los puntos centrales entre las nuevas medidas será el sistema de compensaciones. Las industrias podrán compensar al interior de la región a través de obras de pavimentación, áreas verdes o a través de mejoras tecnológicas en su proyecto u en otro, que compruebe la disminución de las emisiones que generen las nuevas industrias, explicó el ministro de Medio Ambiente. Terminada la fase de consulta ciudadana, este plan deberá ser evaluado por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad y después pasará a Contraloría para toma de razón. Se espera que Santiago Respira tenga luz verde el próximo año.
Fuente: El Diario Financiero