«Estéril» fue el diálogo que mantuvo por meses el gobierno con las Isapres ante el fenómeno creciente de la judicialización», dice el presidente de la Asociación de Isapres, Rafael Caviedes. A juicio del representante gremial, los juicios contra las entidades por el alza de los planes están dañando no sólo a éstas mismas sino que también a sus afiliados.

«El superintendente de Salud, Sebastián Pavlovic, se escuda en que nosotros no hemos sido capaces de mostrar frente a los tribunales las razones del alza. Pero, estos juicios son muy particulares, no permiten como en los juicios ordinarios, mostrar pruebas, testigos y expertos que acrediten la situación. Son juicios sumarios prácticamente», sostiene.

De hecho, añade, que las Isapres tienen todos los antecedentes respecto a los gastos que enfrentan, ya sea de salud, programas médicos Y licencias. Con los mismos antecedentes contaría la Superintendencia, «pero no ha sido capaz de cuantificar el daño», dice Caviedes.

Y el ejecutivo va más allá, ya que asegura que con esa información el regulador debería realizar un estudio que se dé a conocer a la opinión pública.

«El gobierno aún no ha sabido asignarle la importancia que tiene este tema y el grave daño que está causando, no sólo a las Isapres, sino que a los afiliados, en un sistema donde hay una tremenda incertidumbre porque no se sabe cuáles van a ser las consecuencias», comenta.

Sólo acabará con una quiebra

Un actor de la industria recuerda que la crisis de 2008 no acabó por la intervención del gobierno de EEUU, sino por la quiebra de Lehman Brothers. Y en ese contexto, asegura que el Ejecutivo recién va a entender lo que sucede en la industria de las Isapres cuando alguna de éstas quiebre.

¿Qué implica eso? Otro ejecutivo del sector explica que una vez que una Isapre baje sus indicadores de solvencia, el regulador le pedirá corregirlos. La única posibilidad, entonces, para dicha entidad será hacer un aporte de capital. Si eso no sucede, la Superintendencia tendrá que intervenir y proceder a liquidar.

Lo grave de esta situación, aclara, es que la cartera de esa Isapre se quedará sin cobertura de salud. Las personas sin enfermedades podrán elegir otra aseguradora privada, pero los que tengan preexistencias no tendrán más alternativa que migrar a Fonasa.

 

Fuente: El Diario Financiero