Las inusuales lluvias que cayeron en gran parte del país en los últimos meses del año pasado fueron un regalo para el ratón colilargo, responsable de transmitir el virus Hanta en el país. Con las precipitaciones se produjo un crecimiento mayor de vegetación, lo que favorece su desplazamiento hacia zonas más pobladas.
Este fenómeno coincide además con la época estival, que -junto con agosto y septiembre- suele concentrar un aumento natural de la población de estos roedores.
Es por estas razones que, de no tomar medidas, «es muy probable que los casos de Hanta aumenten este verano», afirma el doctor Francisco Zamora, infectólogo del Hospital Barros Luco y académico de la Escuela de Medicina de la U. de Santiago. «Se ha visto que posterior a años lluviosos se dan más casos».
Si bien existen estudios en otros países que han relacionado el nivel de precipitaciones, en especial asociado a El Niño, con un aumento de las condiciones que favorecen el desarrollo y movilidad de estos roedores, «aún falta estudiar más estos factores climáticos», precisa el doctor Pablo Vial, miembro de la Sociedad Chilena de Infectología y director del Instituto de Ciencias e Innovación en Medicina de la Universidad del Desarrollo.
Mayor mortalidad
De todas formas, el especialista concuerda en la necesidad de tomar medidas preventivas, como evitar el contacto con estos ratones y sus secreciones (ver recuadro), para evitar el contagio. En especial, considerando que ha habido un aumento de la mortalidad asociada a este virus en el país.
«Cuando surgieron los primeros casos, a fines de la década del 90, la mortalidad era del 60%; con los años se logró disminuir a niveles cercanos al 32%, pero en el último tiempo volvió a subir a cerca del 40%», precisa.
Según Vial, no está claro cuál es la razón de este aumento. «No hay evidencia de que el virus sea más agresivo; podría estar asociado a un diagnóstico tardío, que no se está reconociendo oportunamente la infección».
De hecho, el cuadro en sus primeros días se asemeja mucho a un resfrío común: fiebre, malestar general, problemas gastrointestinales, y dolor muscular y articular. «La gente confunde los síntomas y no consulta; las sospechas deben estar presentes, sobre todo si se ha estado en zonas rurales, de camping o con mucha vegetación», advierte Alicia Marcoleta, tecnóloga médica de la Universidad Mayor.
Si las molestias duran más de una semana y se acompañan de dificultades para respirar, lo recomendable es acudir a un centro de salud para recibir el diagnóstico y tratamiento oportunos. De lo contrario, «hay un empeoramiento rápido que genera un síndrome cardiopulmonar y una falla sistémica», explica el doctor Zamora.
El Hantavirus tiene un período de incubación de entre 15 y 45 días desde el momento en que se produjo el contacto. Durante el año 2015, en el país se registraron cincuenta casos de Hanta, de los cuales el 40% tuvo consecuencias fatales. «Habitualmente, el número de casos fluctúa entre 40 y 60 personas. En el 80% de los casos se trata de residentes de las mismas áreas de riesgo en donde se produjo el contagio -dice el doctor Vial-. El resto son turistas o personas que estaban de paso por la zona».
Fuente: El Mercurio