Si va a leer esto, no lo haga mientras maneja. El riesgo de sufrir un accidente al conducir aumenta en más del doble cuando se realiza otra actividad, como manipular el celular, el GPS o intentar alcanzar un objeto. Si no está de buen humor, tampoco se ponga frente al volante: conducir bajo estados de ánimo extremos, como enojo o tristeza, eleva casi 10 veces el riesgo de colisión.

Cifras como estas son parte de las conclusiones de una investigación realizada por el Instituto de Transporte de la Universidad Virginia Tech, en EE.UU., entre las que también se plantea que viajar muy por encima del límite de velocidad genera 13 veces más riesgo de tener un accidente.

En cambio, maquillarse o interactuar con los niños dentro del auto es menos riesgoso de lo que se pensaba.

«Hemos sabido durante años que existen factores relacionados con el conductor en un alto porcentaje de los accidentes, pero esta es la primera vez que hemos logrado determinar de forma definitiva la medida en que estos factores contribuyen a los accidentes», explica Tom Dingus, director del instituto y autor principal del estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Para su trabajo, los investigadores consideraron 905 accidentes que produjeron lesiones o daños de gravedad. Los factores relacionados con el conductor, que incluyen la fatiga, errores al conducir y la distracción, estuvieron presentes en casi el 90% de los accidentes.

A nivel mundial, «las principales causas de siniestralidad con resultado de muerte son la velocidad, conducir bajo los efectos del alcohol y, tercero, las distracciones, como el uso de teléfonos inteligentes», precisa Alberto Escobar, gerente de Asuntos Públicos y especialista en seguridad vial del Automóvil Club de Chile.

El gran problema, dice Escobar, es que la gente le asigna muy baja peligrosidad a actividades como hablar, leer o escribir en un teléfono móvil o usar la pantalla táctil de un dispositivo del vehículo, por ejemplo. De hecho, el 83% de los chilenos reconoce revisar mensajes en su celular mientras conduce, según un estudio del Automóvil Club.

Violencia vial

Como se trata de acciones que requieren que los conductores retiren la vista del camino, aumentan el riesgo de accidente, ya que la persona no es capaz de reconocer y responder a los peligros que se puedan presentar en la vía.

Así como hay algunos distractores «tecnológicos», también están los «culturales», como maquillarse, afeitarse o discutir frente al volante.

En el estudio de Virginia Tech se observó que el riesgo de un accidente se incrementa cuando se conduce enfadado, triste, llorando o emocionalmente alterado.

«Si tu mente está puesta en los problemas de la casa o la oficina, se pierde concentración. De igual manera que si distraigo los sentidos del manejo defensivo, eso aumenta la probabilidad de un accidente y la gravedad de sus consecuencias», precisa Julio Franzani, gerente de Seguridad y Salud en el Trabajo de la Mutual de Seguridad CChC.

A nivel local, Escobar dice que el panorama no es el mejor: en una encuesta sobre violencia vial, alrededor del 60% de los chilenos declaró conducir enojado o estresado. «Y uno de cada cuatro dice hacerlo a la ofensiva; emocionalmente, los conductores chilenos son muy peligrosos», advierte.

«Conducir es una manera de comportarse y es una actividad de alta complejidad que hacemos aficionados», sentencia Escobar.

Precisamente, Dingus plantea que su estudio busca mostrar «que si no se toma ninguna medida para limitar el número de actividades de distracción en un vehículo, los que representan la nueva generación de conductores (ver recuadro) seguirán estando en mayor riesgo de accidente».

 

Fuente: El Mercurio