“No hay rescate”. Esa es la frase que circula en los pasillos del Ministerio de Salud, y que alude la negativa de Hacienda -producto del ajuste fiscal- a entregar este año las millonarias remesas que históricamente han paliado el déficit financiero en los hospitales, para asegurar su funcionamiento.
La situación, sin embargo, es compleja: la deuda hospitalaria alcanzó los $ 200.711 millones a febrero de este año, es decir, casi $ 70 mil millones más que la alcanzada en diciembre de 2015, y se acerca a los niveles más altos del año pasado, que se sucedieron a contar del segundo semestre.
“Proyectando la deuda de febrero al resto del año, uno pensaría que podría llegar a unos $ 500 mil millones, casi igual al primer ajuste fiscal. Respecto del presupuesto aprobado del sector, se estima que la deuda podría ser del orden del 8%, y eso es una brutalidad. Nunca en la historia del sistema de salud se había llegado a niveles como los que estamos viendo”, dice Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello.
En este contexto, las autoridades de salud junto al Ministerio de Hacienda, han desarrollado un conjunto de fórmulas para contener el déficit, mejorando la gestión de los hospitales, y considerando, además, que menos del 60% de los costos de las atenciones de salud son cubiertas por el arancel respectivo.
Así, con miras a fijar un equilibrio financiero, donde los gastos operacionales no sobrepasen el 3% de los ingresos -en 2015 fueron de 3,4%- Salud instruyó a los recintos enfocarse en dos ítems: fármacos y compras a privados.
Esto, persigue, por ejemplo, que los hospitales canalicen sus compras a través de la Cenabast y eviten las compras directas, para obtener mejores precios. En cuanto a los hospitales, la idea es mejorar la gestión de los cupos de hospitalización y capacidad de exámenes y prestaciones existentes, para evitar comprar servicios a los privados, con los altos costos que esto significa.
“Todos estos ajustes que está refiriendo la Subsecretaría de Redes, va a permitir un flujo adecuado de la obtención de los distintos insumos”, explicó la ministra de Salud, Carmen Castillo.
Proveedores
En la Asociación de Proveedores de la Salud (APIS), que reúne a empresas que venden insumos y dispositivos médicos a los hospitales, dicen que cerca del 40% de la deuda corresponde a facturas impagas de sus asociados.
Su presidente, Christian Hänel, dijo que “por la información que manejamos, se les estaría poniendo una camisa de fuerza a los hospitales, sin los elementos necesarios para hacer una buena gestión. Nada se ha dicho sobre el compromiso desde Hacienda y Salud de entregarles a los hospitales el flujo suficiente para cumplir con sus obligaciones financieras, lo que hoy no es así”. Hänel agregó que pedirán a Salud hacer una conciliación para evidenciar realmente cuánto es la deuda con los proveedores y cómo se cancelará.
Al respecto, la ministra Castillo sostuvo que “nos interesa que los proveedores estén tranquilos y que cumplamos con las reglas del juego, pues para nosotros es importante que las empresas tengan un trato justo. Todos estos trámites implican conversar con Hacienda, pero estamos preocupados buscando soluciones”.
Fuente: La Tercera