Esta semana tuvimos que lamentar la muerte de dos trabajadores del sector a raíz del colapso de un muro de refuerzo en una obra ubicada en la Región Metropolitana, accidente que además dejó a tres personas lesionadas de diversa gravedad.
Como gremio, estamos conscientes de que nuestra actividad conlleva riesgos. Y por lo mismo asumimos como un imperativo ético proteger a nuestros trabajadores y garantizarles óptimas condiciones de seguridad para sus labores.
Prueba de ello es que desde el año 2013 hemos desarrollado sistemáticamente campañas para aportar a la formación de una cultura de seguridad entre los socios y avanzar hacia la meta del cero accidente fatal en nuestras faenas.
Así, gracias al esfuerzo de todos, hemos conseguido que la tasa de accidentabilidad de las empresas socias de la Cchc sea más baja que el promedio nacional. En 2015, la primera fue de 2,8% si se consideran todas las empresas socias y de 3,6% si se contabilizan sólo a aquellas dedicadas a la construcción, porcentaje que igualmente es un punto menor que la tasa nacional para la industria.
Pero nada de esto nos deja conformes si no erradicamos los accidentes fatales. Y a ello nos abocaremos con todas nuestras fuerzas. Es así que, bajo la coordinación de nuestra comisión de Seguridad y Salud Ocupacional y con el apoyo de la Mutual de Seguridad, impulsaremos dos iniciativas que nos permitirán avanzar hacia este objetivo.
La primera está dirigida a los propios socios del gremio y consiste en el relanzamiento de las «7 Reglas de Oro de la Seguridad» y en la promoción sistemática de cada una de estas medidas, pues constituyen nuestra hoja de ruta para la construcción de una cultura de seguridad en nuestras empresas.
La segunda estará dirigida específicamente a nuestros trabajadores y su foco será fomentar en ellos la importancia del autocuidado.
Además de cumplir con la ley, hoy es imprescindible abrazar la prevención de riesgos como un imperativo ético, para lo cual es vital que las empresas del rubro cumplan el Código de Buenas Prácticas del sector, incrementen las medidas de seguridad, capaciten a su personal y sigan en detalle las indicaciones que proporcionen los expertos de las mutualidades.
Este desafío involucra un esfuerzo transversal que cruza a la alta dirección de las organizaciones, a los expertos en seguridad, a los comités paritarios y a los propios trabajadores. Sólo un trabajo conjunto permitirá construir políticas claras de prevención y establecer acciones que hagan sustentable al rubro.
Columna de Manuel Durán L., Presidente de la CChC, Concepció
Fuente: El Sur, de Concepción