Mediante esta simple rutina diaria se logra disminuir los niveles de azúcar en la sangre y, con ello, prevenir las complicaciones asociadas, como un mayor riesgo cardiovascular.
C. GONZALEZ
Caminar. En eso radica uno de los métodos más sencillos, gratis y asequibles para mantener la diabetes tipo 2 bajo control; en especial si se realiza por unos 10 minutos después de cada comida.
La recomendación proviene de investigadores de la Universidad de Otago, en Nueva Zelandia, quienes aseguran que caminar después de comer es útil para reducir los niveles de azúcar en la sangre. Hasta ahora, el consejo para los diabéticos era moverse al menos 30 minutos diarios, sin especificar un momento del día.
El doctor Andrew Reynolds y sus colegas quisieron determinar cómo obtener el mejor beneficio de una caminata. Así dividieron a 41 pacientes con diabetes tipo 2 en dos grupos: unos caminarían media hora diaria, durante dos semanas, y los otros 10 minutos después de cada comida, por igual período de tiempo.
Cada voluntario recibió, además, un acelerómetro para calcular su actividad física y otros dispositivos que miden el nivel de azúcar en la sangre cada cinco minutos.
Problema en alza
Al cabo de un mes, los investigadores observaron que los niveles de azúcar en la sangre después de las comidas cayeron 12%, en promedio, en el grupo de pacientes que caminaba por 10 minutos tras comer, en comparación con quienes lo hacían en cualquier momento del día.
«La mayor parte de este efecto provino de una reducción significativa de 22% del azúcar en la sangre, sobre todo al caminar después de las comidas de la tarde, que habitualmente eran las más pesadas en hidratos de carbono, y eran seguidos por un período de mayor sedentarismo durante el día», explica el doctor Reynolds.
A su juicio, promover esta recomendación puede significar una mejora en la calidad de vida de los pacientes, los que cada vez implican un mayor número de personas.
«Los beneficios relacionados con la actividad física después de las comidas sugieren que las directrices actuales deberían modificarse para especificar la actividad después de la comida, sobre todo cuando estas contienen una cantidad sustancial de hidratos de carbono». Esto, dice Reynolds, puede favorecer el control de la enfermedad y prevenir sus complicaciones.
Jim Mann, otro de los autores del trabajo, precisa que el manejo de la glucosa después de las comidas se considera como un objetivo importante en el manejo de la diabetes tipo 2, debido que contribuye a elevar los niveles de azúcar en la sangre y el riesgo cardiovascular.
Muy de la mano del sobrepeso y la obesidad, así como del sedentarismo, los casos de diabetes tipo 2 se han disparado en las últimas tres décadas en el planeta. Mientras en 1980 había 108 millones de personas con esta enfermedad, actualmente la cifra supera los 422 millones de afectados, según un informe divulgado este año por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La investigación del doctor Reynolds fue publicada esta semana en la revista Diabetología. Un segundo estudio incluido en la misma publicación y realizado en el Reino Unido, también muestra que el aumento de actividad física aporta un mayor beneficio en el control de azúcar en la sangre.
Prevalencia
Alrededor del 12% de la población mayor de 20 años en el país tiene diabetes, es decir, 1,5 millones de chilenos, según datos del Ministerio de Salud. A nivel sudamericano, Chile es el país con mayor prevalencia de diabetes.