Los largos recorridos entre la casa y la oficina, la mala calidad de las aceras y el uso de celulares mientras se camina son parte de las razones que explicarían este fenómeno.
Durante 2016, la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) registró 41.874 accidentes en el trayecto entre el hogar y el trabajo o viceversa. El sondeo consideró las 60.682 empresas adheridas a esa mutualidad, que cubre a alrededor de 2,4 millones de trabajadores.
En total, son 389 siniestros más que en 2015, y, según dice Arturo Cares, gerente de Prevención de la ACHS, la cifra anota una tendencia al alza en la última década. «Como se incorporan más trabajadores al sistema, hay una mayor cantidad de gente expuesta. Ahora, al ver la tasa cada 100 personas, el indicador se mueve entre 1,09% y 1,1%. Se mantiene parejo, pero no se ha podido bajar la barrera del 1%».
Los eventos más comunes son las caídas. El año pasado hubo 12.072 casos, de los cuales el 64% terminó con el trabajador afectado con días de reposo. En cuanto las zonas lesionadas, en un tercio de los casos estuvieron comprometidas las extremidades inferiores.
Para Tamara Fernández, prevencionista de riesgo y académica de Duoc UC sede San Bernardo, este escenario se explica por la mala calidad de las aceras y la alta penetración de la tecnología: «Las redes sociales hacen que la gente se distraiga viendo el celular en la calle. Si alguien va chateando y hay un desnivel, es muy probable que se caiga».
Los choques con o contra objetos son la segunda fuente de accidentes, con 4.402 eventos durante 2016. Para Cares, el bajo peso de los choques -en su mayoría vehiculares- se debe a que los automóviles han aumentado mucho sus estándares de seguridad. «Además, con la congestión vehicular, gran generadora de accidentes, las velocidades son bajas, por lo que a la persona no le pasa nada en general, y es el auto el que más sufre».
Más allá de las causas, Fernández cree que un condicionante común son las amplias distancias entre las viviendas y los lugares de trabajo. «Una persona que demora dos horas en ir y luego en volver a su casa está en un estado de cansancio muy fuerte. Además, si debe tomar combinaciones de micro o metro, la exposición aumenta», señala la ejecutiva.
Entre las mujeres, esos tramos son generalmente aún más extensos, advierte Fernández. A su juicio, el hecho de que muchas trabajadoras se hagan cargo del traslado de los hijos, sobre todo en las mañanas, aumenta la exposición a problemas. De todas formas, esos casos -aunque el viaje no es directo entre la casa y la oficina- se consideran accidente de trayecto, pues hay habitualidad en el recorrido.
Lo cierto es que las mujeres tienen una clara predisposición a accidentarse más; constituyen el 57% de los siniestros.
Empresas perdieron en promedio 6,4 millones de horas laborales
Si bien los accidentes del trabajo no se consideran para el cálculo de la tasa que deben pagar las organizaciones por el seguro, para Arturo Cares este tema debiera causar preocupación entre los empleadores, considerando que en el 59% de los eventos se genera ausentismo laboral por este motivo.
«Tiene un efecto en la productividad de las empresas. Si en promedio el tiempo de reposo son 19 días, son 795 mil jornadas laborales menos y casi 6,4 millones de horas que se perdieron en el año. Eso es un tremendo impacto, sobre todo para las firmas más pequeñas, donde se notan más las ausencias», indica Cares.
Por: María de los Ángeles Pattillo
Fuente: El Mercurio