Todo trabajador en nuestro país tiene que enfrentarse a situaciones de crisis, estrés o que simplemente no le gusta su empleo. Sin embargo situaciones extremas de violencia son poco comunes y para las cuales no se está preparado.

‘Estamos más preparados para sismos, terremotos y evacuaciones, pero no para acciones de violencia porque no somos un país que se ha caracterizado por este tipo de circunstancias ‘, comenta Suyin Palma, directora de Responsabilidad Social Corporativa & Bienestar de Adecco Chile.

En ese sentido, asegura que la actual realidad social del país, ‘demanda que los trabajadores cuenten con la información necesaria para responder frente a este tipo de emergencias, principalmente para evitar agresión y lesiones asociadas’.

Ese tipo de preparación, a juicio de Isaías Sharon, director ejecutivo de Smart Coach, se refiere a capacitaciones que las empresas debieran con sus colaboradores, como el manejo de situaciones complejas, e identificación de patrones de los clientes. ‘Muchas veces se forma a las personas en atención a clientes, pero no se les enseña a ser capaces de detectar comportamientos sospechosos o que puedan dar señales de riesgo, como comportamientos ansiosos o impulsivos que puedan dar luces de posibles reacciones inesperadas’, apunta.

A ello, la experta de Adecco añade que es pertinente que las organizaciones formen a sus trabajadores para el control de estrés, primeros auxilios y/o herramientas para el control de situaciones de riesgo, entre otros.

Cómo actuar después

Si el acto de violencia ya ocurrió, lo aconsejable en primer término es propiciar espacios de contención grupales y luego individuales, en caso de que sea necesario.

‘Para ello son necesarias herramientas que permitan superar progresivamente el estrés postraumático y o depresión como consecuencia de la situación de violencia’, subraya Palma.

En actividades como éstas es donde se debe identificar algunos cuadros de estrés o ansiedad, que puedan haber quedado luego del evento traumático, con el objetivo de ‘atender particularmente la necesidad de aquellas personas que han sido afectadas’, explica Sharon, añadiendo que posteriormente las empresas deben procurar ‘hacer sentir más seguros a los propios colaboradores’.

Ante la desgracia de la muerte de algún colega, junto con la contención y el apoyo, Palma indica que es fundamental ‘comunicar rápida, claramente y de forma transparente la información de lo ocurrido a los colaboradores para de esta manera evitar rumores, desinformación e incertidumbre’.

Para los expertos, de gran ayuda es también que los equipos de trabajos estén cohesionados, para así poder recuperarse de este tipo de incidentes.

‘Mantener un buen clima laboral, donde las personas sientan pertenencia con la organización y su equipo de trabajo genera una red de apoyo que es importante tener en cualquier organización’, concluye el director de Smart Coach.

 

Fuente: Publimetro