El sistema privado de salud sigue siendo catalogado como de mejor calidad que el público, aunque en los últimos cuatro años la gente percibe que sus beneficios han disminuido.
Esas son algunas de las principales conclusiones que se desprenden de la encuesta hecha por Cadem sobre la percepción del sistema de isapres y que hoy será presentada en el Encuentro Nacional de Salud (Enasa), organizado por la asociación que reúne a las aseguradoras.
Los resultados del sondeo -realizado a 1.020 personas afiliadas a las isapres- muestran que el 71% de los encuestados dice que está satisfecho con su isapre, y la misma proporción indica que la calidad de la salud es buena en el sistema privado.
Pero cuando se les pregunta por los beneficios del sistema asegurador privado se obtiene que entre 2014 y 2017 la gente siente que han disminuido.
En detalle, bajó 11 puntos la gente que afirma que las isapres aseguran acceso a prestadores de calidad, descendió 6 puntos la percepción de que las isapres otorgan una atención oportuna, hay 10 puntos menos en quienes sostienen que «aunque sea más caro es importante estar en una isapre porque si te pasa algo compensa lo que pagas».
Asimismo, hay 10 puntos menos entre quienes apoyan la frase «tener isapre me da confianza de que si me pasa algo grave, tendré la cobertura para cubrir los gastos».
Para el gerente de estudios de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón, «esa percepción tiene que ver más bien con una mirada que ha empeorado hacia todo lo privado: los bancos, las AFP, pero no con la atención necesariamente».
Plantea, además, que «en los últimos años los planes no han cambiado las coberturas para la mayoría de las personas ni las clínicas han aumentado su ocupación de manera que ya no se pueda acceder, entonces, no hay razones sanitarias que afirmen esos dichos».
De todas maneras, cuando se compara el sistema de salud privado con el público, el primero aparece mejor evaluado. El 90% cree que una próxima reforma debiera empezar por el sistema estatal, y que las prioridades para mejorar la calidad de la salud en Chile son aumentar la cantidad de médicos especialistas, disminuir los tiempos de espera para atenciones en hospitales, mejorar la infraestructura hospitalaria y, luego, hacer cambios en el sistema de isapres.
Entre las modificaciones que los encuestados afirman que se deben hacer en el sistema de isapres están -en orden decreciente- terminar con la discriminación en los precios por sexo y edad, crear un comité que regule las alzas de precio de los planes y terminar con las preexistencias que no permiten a un afiliado cambiarse de isapre o plan.
Simón sostiene que «aunque el gran problema la gente lo sitúa en el sistema público, no hay razones para no hacer una reforma a las isapres y hacer los ajustes correspondientes. Lo pide la gente, lo piden los tribunales, lo decimos nosotros».
Roberto Izikson, gerente de Cadem, advierte: «Los resultados muestran que la gente siente que el sistema privado de salud es bueno, le otorga una alta calidad, pero que igualmente hay cosas que corregir». Añade que «las isapres tienen un problema de confianza pública, de imagen, que no se condice con la satisfacción que muestran sus usuarios».
Por: Nadia Cabello
Fuente: El Mercurio