Se espera que los datos entreguen luces sobre el impacto de la inmunización en las cifras de contagios y en la proporción de hospitalizaciones. El Minsal advirtió que los datos sobre mortalidad podrían demorar más por las características propias de la enfermedad.
«Podemos mirar con mucha certeza que ambas vacunas, pero en particular Sinovac, es efectiva para prevenir cualquier tipo de infección por SARS-CoV-2, para prevenir covid sintomático, para prevenir hospitalizaciones y para prevenir ingreso a la UCI», aseguró el jueves pasado el doctor Rafael Araos en medio del balance realizado por el Ministerio de Salud. Lo que anunciaba el ex jefe de Epidemiología eran los resultados preliminares de un esperado análisis que verá la luz este viernes a las 9:00 de la mañana.
Se trata del estudio «Efectividad de la vacuna CoronaVac con virus inactivo contra el SARS-CoV-2 en Chile», un trabajo que busca medir la eficacia de la campaña masiva de inmunización a poco más de dos meses desde su inicio. «Es una gran noticia», adelantó ayer el ministro Enrique Paris, quien especificó que el análisis «abarca a millones de personas que han recibido la vacuna y por lo tanto es una publicación muy importante».
Lo que se vaya a informar, presume la doctora en Salud Pública, Soledad Martínez, no va a ser «muy diferente a lo que ya sabemos», pero contendrá una distinción importante: esta vez, los datos no van a corresponder a un ensayo clínico. «Lo que más conocemos es lo del Instituto Butantan, que incluyó a bastante gente, pero claramente no a millones», explica a Emol. Un ensayo clínico mide la eficacia de una vacuna en condiciones específicas, pero un estudio así mide directamente la efectividad sobre la población real. »
Una cosa es que uno analice la vacuna en un estudio, donde hay varios factores controlados, y otra cosa es ver en la vida real qué tan buena o no es esa vacuna», complementa la académica del Departamento de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile, Vivian Luchsinger. «Es ver la acción de la vacuna en el mundo real».
«La vacunación ha generado esperanza en la comunidad respecto a que va a haber un impacto sustantivo en el control de la pandemia, sin embargo todavía existe incertidumbre sobre qué tan buenos serán los resultados de esta vacuna en nuestro contexto, en la población que vive en el territorio nacional y más allá de los estudios previos de estas vacunas en el mundo», concuerda el director del magíster de salud pública en la Facultad de Medicina UC, Jaime Sapag. También se cree que los resultados podrían entregar «un mejor pronóstico respecto a cuándo podría llegar la ansiada inmunidad de rebaño». «Tener datos locales es fundamental para entender mejor el impacto que está teniendo el proceso», agrega Sapag. »
Las características de nuestra población y la forma en que se ha ido dando la pandemia acá son muy particulares». Esas incógnitas, esperan los expertos, podrían empezar a despejarse de forma más firme a partir de hoy.
Contagios
El primer parámetro que debería mostrar el análisis es la capacidad de la vacuna de «disminuir los contagios de una manera muy significativa», es decir «que las personas que estén vacunadas tengan una probabilidad mucho menor de contagiarse si se exponen a este virus en comparación con las que no lo estén», explica Sapag. Hasta el momento, los estudios existentes muestran que la prevención del contagio podría acercarse a un 60%.
Además del contagio mismo, «es fundamental saber cómo van a evolucionar las personas que, teniendo la vacuna, se contagian: qué tipo de síntomas van a presentar, cuáles van a ser sus molestias generales, si eso va a implicar un manejo en casa y con síntomas más bien leves o si va a requerir una atención hospitalaria, o incluso la necesidad de mayores atenciones en una UCI, o si incluso se va a necesitar ventilación», agrega.
Hospitalizaciones
Otro punto que interesa conocer es la proporción de vacunados que, habiéndose contagiado, requerirán igualmente ser internados en un recinto hospitalario. Según el estudio de Butantan, la prevención de la enfermedad moderada a grave alcanza el 78% .
«¿Cuál va a ser su evolución? ¿Va a ser posible reducir hospitalizaciones y esperar una mucho mejor evolución con respecto a las personas que se contagiaron y que no estaban vacunadas?», plantea el salubrista.
Con respecto a este grupo, también será importante monitorear «en la medida en que pase el tiempo, cuál es el impacto respecto a las secuelas a mediano y largo plazo una vez que se recuperen».
Mortalidad
«Entendiendo que la mortalidad que se ha visto asociada a esta condición es importante, es bueno poder conocer cuál es el impacto en términos de reducir muertes asociadas a covid-19», señala Sapag.
Este punto, si bien es central, podría no conocerse hoy. Así, al menos, lo advirtió Araos la semana pasada. «Con respecto a la prevención de mortalidad, la señal también es positiva, sin embargo sabemos que es un evento tardío, por lo que necesitamos que pase un poco de tiempo para concluir en forma certera acerca de esta efectividad».
Así lo entiende la doctora Luchsinger. «Tiene que ver con la forma en que se da el proceso: la muerte no es instantánea, sino que requiere que transcurran varios días desde que alguien se enfermó, se hospitaliza y cae en la UCI para que fallezca. Hay que recolectar todos esos datos y son más lentos de obtener», dice. Explica, por lo tanto, que la información es «dinámica» y deberá ser actualizada «periódicamente».
Inmunidad
Para Sapag, el estudio podría dar algunas «luces generales» sobre la duración de la inmunidad en el tiempo, pero eso tendrá que conocerse de la mano de «más estudios longitudinales, de un tiempo más largo». «Es muy importante resolver esa pregunta: ¿cuál es el impacto en la inmunogenicidad? ¿Cuánto duran esos anticuerpos? ¿Cuánto nos va a proteger? ¿Qué pasa con los que han tenido una sola dosis versus los que tienen dos?».
Para Marcelo Alarcón, académico del Departamento de Bioquímica Clínica e Inmunohematología de la U. de Talca, la información es importantísima pero no es probable que se conozca hoy. «El objetivo de la vacuna es que se genere una respuesta inmune a corto plazo y otra a largo plazo. La primera está asociada a los linfocitos B y a que secreten anticuerpos, que te van a proteger de una infección en lo cercano. Si te contagias, estos anticuerpos van y te protegen, y no tendrías una infección», cuenta. Los estudios muestran que eso podría durar seis meses.
«Lo otro es la inmunidad de memoria, que significa que en los mismos linfocitos quede guardada la información para generar anticuerpos y si tú logras infectarte en otro tiempo, lejano a la inyección, puedas volver a producir anticuerpos. Ese dato no existe», agrega. Conocer ese dato podría entregar directrices sobre la pertinencia de una tercera dosis de la misma fórmula o de otra complementaria.
Para acercarse a esas nociones, comenta Alarcón, se requiere hacer «testeos masivos de anticuerpos» a los vacunados. «Tendrías que medirles la tasa de anticuerpos y hacerles trazabilidad», menciona. Hasta el momento no hay información con respecto a que el Minsal esté midiendo los anticuerpos de forma amplia a los inmunizados.
Variantes
«Según la teoría, esta vacuna debiera tener una mayor efectividad contra las variantes porque contiene el virus completo inactivado. Si el virus cambia alguna de sus partes, como por ejemplo una proteína, la vacuna lo ataca por otra parte y eventualmente va a servir. En Pfizer, por ejemplo, solo tienes la proteína Spike. Si el virus cambia la estructura de esa proteína, ya los anticuerpos no son efectivos. Es todo o nada», dice Alarcón.
Hoy en día, explica el académico, no existe información con respecto a la protección de la vacuna de Sinovac frente a las variantes, más allá de un estudio del cual el Instituto Butantan presentó avances con respecto a la P1. «Hay información de buena fuente que dice que sería buena para la variante brasileña, pero de la británica o la sudafricana no sabemos tanto», complementa la doctora Martínez.
«Uno quisiera saber la eficacia de la vacuna frente a las distintas cepas y cómo, de alguna manera, tener la vacuna puede disminuir la probabilidad de contagiarnos de una u otra», agrega Sapag. «Sabemos que hay varias circulando y se asume que algunas son más complejas en su efecto en la población».
Fuente: Emol.com